En la etapa de sus novios, aprendí a callar, observar y jugar sola. Mientras las Barbies besaban al chaparrito de Kid Acero ellas lo vivían de “adeveras”. Entre beso y beso yo cambiaba pañales de muñecas de cachete inflado, brincaba con resortes y jugaba matatenas. POR MARIANA LEÑERO La