GEMMY CAVI
Cuando empiezan a aparecer las odiadas (por lo menos para mí) hebras grises en el cabello, es el momento de pensar en el tinte.
Muchas, porque en su mayoría somos mujeres aunque hay sus excepciones, las que nos lo retocamos, acuden a un salón de belleza o estética.
Actualmente debido al ya tan mentado virus, esos apreciados lugares que nos sacan de apuro, porque además del tinte, hacen cortes y maravillas al maquillarte, arreglarte uñas y pies, por mencionar algunas; si es que no decidieron cerrar o los obligaron como medidas de sanidad; se hace más difícil su acceso.
Si son mujeres como yo, que prefiero hacer el retoque en casa; con este aislamiento me causa flojera hacerlo. Total, preguntó; no hay convivencia social y para un home office nada mejor que uno de esos socorridos tintes que han salido al mercado y que se van cuando decides lavarte el cabello, lo cual no tienes que hacer todos los días.
Muy a propósito, la ociosidad me hizo indagar un poco más respecto al teme y resulta que los tintes para cabello han sido utilizados durante mucho tiempo, de hecho, desde la antigua Grecia y Egipto se utilizaban métodos naturales para dar otro color al cabello.
Pero, ¿qué le sucede realmente al cabello cuando lo pintamos o decoloramos?
Lo primero que debes saber, es que la única parte “viva” del cabello es la que está dentro del cuero cabelludo, es decir los folículos.
Es por esto que el cabello no duele, ni produce ninguna sensación, a menos que lo arranques, pues los folículos sí están conectados a terminaciones nerviosas. Y lo mismo sucede con lo largo de las uñas, por ejemplo.
Los tintes de cabello más cercanos a como los conocemos hoy son muy recientes, pues fueron inventados apenas hace 100 años, en 1909.
De acuerdo a un artículo que encontré en Actitudes, fue Eugene Súcheles quien descubrió cómo podría lograr que el color penetrara en la corteza del cabello y modificara el color del mismo.
Él fundó, de hecho, la empresa L’Oreal, que fue la primera que vendió tintes que originalmente sólo estaban destinados a las mujeres.
Lo que él descubrió fue que había productos que lograban penetrar en las fibras del cabello y dejar dentro el color.
Sin embargo, no sucede con todos los colores, y es por esto que hay colores que se caen antes que otros; interesante, ¿no?
comentarios