El corredor de informalidad –y pestilencia— que rodea el Wal-Mart en la colonia Actipan, se ha convertido en el símbolo de la impunidad y la falta de respeto a los vecinos que el ambulantaje ha provocado en toda la delegación Benito Juárez.
Libre en el Sur contabilizó 23 puestos de comida que actúan al margen de la ley y de manera desleal frente a los comerciantes que sí pagan impuestos, además de dos camiones expendedores que invaden la arteria vial, tan solo en las tres calles secundarias que componen la manzana de dicha tienda de autoservicio.
Es la degradación del espacio público, en una zona de la Del Valle eminentemente residencial, que además genera fauna nociva.
Solo el Eje 7 Sur Félix Cuevas está liberado de esta plaga, aunque diariamente se colocan en la banqueta los llamados “toreros”, que son informales sin puesto que venden diferentes productos sobre un tapete o en el piso. Entre ellos suele haber los que venden discos y programas de computación “piratas”.
En la calle de San Francisco hay 18 puestos que hacen negocio con comida evidentemente insalubre, pues no cuentan con licencia sanitaria: jugos, tortas, hamburguesas, fritangas… Y sobre Parroquia hay otros cinco, entre ellos uno de tacos de suadero, cuya pestilencia invade toda la cuadra.
En la calle de Búfalo, a unos metros de Félix Cuevas, permanece estacionado día y noche un camión de gran tamaño que ofrece “pepitos y tacos house”. Y en la esquina de San Francisco y Parroquia otro de las “taquerías Red House”. Todos ellos operan con la tolerancia de la autoridad, como si nadie se diera cuenta.
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