Libre en el Sur

Vecinos en Cuarentena / Un día después de la pandemia

El saludo afectuoso de abrazo y beso en la mejilla, –tan arraigado en nuestra cultura– caerá en desuso, incluso entre cónyuges; el encuentro con la familia sometido a saludos que se equipararan a las señales de un traductor para sordomudos o un catcher de beisbol

Me interesa el futuro porque es el sitio

 donde voy a pasar el resto de mi vida.

Woody Allen

ROSA GUTIÉRREZ BELLOC

Siempre será un ejercicio complicado montar escenarios en torno al futuro de corto y mediano plazos, en el que se puede caer en la tentación de confeccionarlos a partir de los miedos y la incertidumbre, es decir caer en el total pesimismo, o bien, abusar del optimismo, generando retratos de la felicidad colectiva y la convivencia en armonía. Una tercera alternativa por explorar es un término medio, que quizá me acerque a la verdad, es decir a la realidad posible sin derrapar en superficies que no transmiten nada valioso.

No me imagino la nueva convivencia de jóvenes enamorados en el Parque Hundido, intentando materializar un beso con cubrebocas y careta, o la charla amena entre amigos con sana distancia, en los múltiples cafés de nuestra bella alcaldía; caminar por Insurgentes o el parque de La Bola, visitando plazas comerciales con riesgos de ser víctima de una creciente delincuencia.

El saludo afectuoso de abrazo y beso en la mejilla, –tan arraigado en nuestra cultura– caerá en desuso, incluso entre cónyuges; el encuentro con la familia sometido a saludos que se equipararan a las señales de un traductor para sordomudos o un catcher de beisbol; el incremento de la indigencia, de la pobreza y del estrés, derivado de la desatención a las personas por las instituciones gubernamentales, gel bacterial en diversos puntos de la casa, la oficina, el auto, el portafolio y la mochila de los hijos.

Soy miembro de una familia que ahora se compone de tres generaciones que nacimos, crecimos y nos educamos en un marco de libertades, dentro del hermoso territorio de la colonia Del Valle, que como toda la humanidad se someterá a un proceso de distanciamiento estratégico de salud pública. Ahora se asegura que será responsabilidad de las personas contagiarse o no, cuando debiera ser responsabilidad compartida con las autoridades. Todos hagamos -en lo sucesivo- lo que nos corresponde.

La información o mejor dicho la desinformación, o su tangible manipulación, ha detonado una cadena de contagios múltiples, que se pudo haber frenado con responsabilidad en el contenido ético de los mensajes, que se transmiten por las mañanas. La percepción del manejo erróneo o grotesco de la información, trascendió nuestras fronteras, y los números parecieran optimistas y lejos de la realidad.


Vecina de la colonia Acacias desde hace 42 años, donde fue coordinadora de su Comité Vecinal por 11 años. Contadora pública. Fue integrante fundadora de la asociación Vive BJ. 

Compartir

comentarios

Salir de la versión móvil