La Delegación Benito Juárez plantó miles de plantitas de ornato en el Parque Hundido como parte de la remodelación de ese emblemático espacio, pero la falta de agua para regarlas, una carencia frecuente debido a la falta de un plan hídrico, obliga a la utilización de pipas.
Hace más de una década, la Procuraduría del Medio Ambiente y Ordenamiento Territorial de la capital (PAOT) emitió una recomendación a la DBJ para que se dotara al Parque Luis G Urbina” –nombre oficial del Hundido— de un plan integral que incluyera el suministro de agua para riego y un sistema de desagüe eficaz, que evitara las inundaciones frecuentes que con las lluvias anegan las calzadas.
Sin embargo, la recomendación fue sucesivamente ignorada por cuatro administraciones panistas y ambos problemas –la escasez del líquido para riego y el anegamiento de andadores—persisten hasta nuestros días.
Recientemente, se instaló en el Parque una “trota pista” de tartán, que además de estar cortada en tramos y ser demasiado angosta para el uso de los corredores, se cubre de lodo en diversos tramos cada vez que llueve, ya que el agua no encuentra salida y arrastra la tierra de los jardines.
Ahora resulta que las nuevas plantitas estuvieron a punto de secarse por falta de riego y se ha tenido que recurrir a pipas de agua –que hacen falta a muchas viviendas juarenses– para salvarlas.
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