STAFF / LIBRE EN EL SUR
Con referencias espirituales en un discurso histórico, donde incluso citó a San Agustín, en que llamó a vencer la pandemia, la rabia y el racismo, así como lograr la reunificación de la nación, Joe Biden asumió como presidente de los Estados Unidos y se comprometió a defender la democracia y vencer el “supremacismo blanco”.
Biden, el segundo hombre católico y el de mayor edad en llegar a la Casa Blanca, tomó juramento ante una Biblia que ha resguardado su familia durante 120 años. Y luego exclamó: “Hoy mi alma entera se va en unir a nuestro pueblo”.
A cuestas sus 78 años de edad, que se le notan, con una muy larga experiencia en la abogacía y la política, el nuevo presidente, un personaje que hoy mismo simboliza la esperanza de ambientalistas, antirracistas y defensores de los migrantes en el mundo, llegó a la ceremonia en el Capitolio acompañado de Kamala Harris, la primera mujer afroamericana en ocupar la Vicepresidencia del país más poderoso en el planeta.
Vestido con traje oscuro, corbata azul y cubrebocas, todo un símbolo frente a la rebeldía y el desdén a las recomendaciones sanitarias demostrada por su antecesor, Donald Trump, el nuevo Presidente aludió a lo ocurrido el 6 de enero pasado, cuando simpatizantes de Trump irrumpieron violentamente en el Capitolio. Y espetó: “Ganó la causa de la democracia”.
Entre los diferentes momentos en que el demócrata llamó a vencer el racismo, Biden –que superó a Trump por más de siete millones de votos—rindió un homenaje a los esclavos negros que construyeron el Capitolio. Antes había llamado a vencer el “supremacismo blanco”.
Pero al mismo tiempo se comprometió a gobernar para todos los estadounidenses: “A los que no votaron por mí, les digo que está bien. Eso es la democracia”. Prometió reconstruir la clase media y dar salud para todos. “En este momento y en este lugar, vamos a comenzar de nuevo”, dijo.
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