De cuando fue derribada su muralla y entonces Veracruz se convirtió en un gran puerto afrancesado
Una de las últimas fotos de la muralla. Foto: Especial
STAFF / LIBRE EN EL SUR
El inicio del derrumbe de la muralla de la ciudad de Veracruz fue celebrado como un acto público el 14 de julio de 1880, justo 11 años después del episodio de “la toma de La Bastilla” en París, que significó la caída del poder absolutista en Francia.
Ese día una selección de presos fue sacada de la fortaleza de San Juan de Ulúa para servir de mano de obra en la demolición de la muralla, construida en los tiempos de dominio español para defender la ciudad de los piratas que la acechaban. Entre euforia y música, la multitud gritaba ¡Abajo la opresión, arriba la libertad!
El acto público fue encabezado por el alcalde Domingo Bureau Vázquez (1834-1903), veracruzano de nacimiento y nieto de un francés de la nobleza que llegó como refugiado a Veracruz a causa de la Revolución Francesa.
En la ceremonia, en torno de la llamada “Puerta Nueva” (donde hoy se conserva una inscripción alusiva en plena vía pública), el alcalde dijo: “Ya es tiempo de que ambas porciones de nuestra ciudad formen una sola, y que sus calles sean continuación unas de otras, ya es tiempo de que acabe la denominación de barrios extramurales y que la H. Veracruz sea una ciudad comercial, pacífica y laboriosa, lo cual se obtendrá si poco a poco vamos consiguiendo arrojar por el suelo inútiles defensas”.
Antes de ser alcalde de la ciudad de Veracruz, Bureau fue comisario imperial en el estado de Veracruz, y por tanto partidario del imperio de Maximiliano I. Como hablaba bien el francés, desde el principio estableció buena relación con los oficiales franceses que se hospedaban en el “Grand Hotel des Diligences”.
La demolición de la muralla, para lo cual don Domingo obtuvo previamente la autorización de la Secretaría de Guerra y Marina, así como del presidente Porfirio Díaz, permitió la inclusión de los barrios extramuros para su desarrollo urbano, así como el saneamiento de la ciudad. Mejoró el trazo urbano con avenidas largas y rectas y se levantaron construcciones de estilo francés, como los edificios de la Terminal de Ferrocarriles, Correos y Telégrafos, en el último periodo del porfiriato.
El primer paso del afrancesamiento en México fue la llegada de las tiendas departamentales, que buscaban parecerse a las grandes boutiques francesas. Incluso, muchas de estas tenían modistas de París que confeccionaban ropa a la usanza francesa.
Veracruz ya no era como cualquier villa que pudiera conservar su amurallado como monumento histórico. Necesitaba configurarse como la ciudad al nivel del primer puerto de un país como México. La mayor parte de los escombros de la muralla se convirtieron en material de las muchas construcciones en el centro histórico que permanecen hasta ahora. (Con información de Héctor Haaz)