Ciudad de México, julio 19, 2025 15:18
Animales Vida

Vacaciones de terror: Cocodrilos devoran a adolescente en Lázaro Cárdenas

La Fiscalía de Michoacán confirmó que no se han localizado restos del menor

Lo que empezó como un paseo familiar en los manglares acabó en una escena de horror: Andrés, de 14 años, cayó al canal y fue arrastrado por un cocodrilo.

STAFF / LIBRE EN EL SUR

En la Barra de Santa Ana, los manglares se extienden como un laberinto entre la tierra y el mar. Es un ecosistema de belleza brutal, donde el agua se mueve lenta y espesa, y la fauna —invisible, silenciosa— habita a su ritmo. Hasta que aparece el turismo. Hasta que aparece una familia con cámara en mano, hijos curiosos, y la promesa de una experiencia “ecológica”.

Ese fue el escenario de la tragedia: un puente improvisado, una baranda débil, una caída sin redención. Andrés Alejandro, de 14 años, había viajado desde Cortázar, Guanajuato, con su familia. El viernes 18 de julio, durante un recorrido por los canales de Lázaro Cárdenas, se asomó desde una pasarela de madera para observar el agua. En segundos, perdió el equilibrio. Lo que siguió fue una escena imposible de olvidar: un cocodrilo emergió y lo arrastró bajo el agua. Su familia presenció todo, impotente.

La Barra de Santa Ana está rodeada de canales que forman parte de los humedales costeros del Pacífico. Allí habita el Crocodylus acutus, el cocodrilo americano: una especie salvaje, territorial, y protegida. La zona ha sido promovida como destino de avistamiento de fauna. Lo que no ha sido promovido es la ausencia absoluta de seguridad. No hay barandales firmes, ni rutas supervisadas por autoridades ambientales, ni personal capacitado que acompañe a los visitantes.

Este día, tras el ataque, se desplegó un operativo en la zona. Elementos de Protección Civil, la Guardia Civil y la Policía Municipal recorrieron el canal en lanchas. Se realizaron disparos disuasivos al agua para intentar alejar a los reptiles. Uno de ellos fue visto alejándose con lo que parecía ser el cuerpo del menor. Pero nunca fue alcanzado.

De acuerdo con un medio nacional que reportó el caso en tiempo real, y con base en declaraciones oficiales, la Fiscalía General del Estado de Michoacán confirmó que no se ha logrado localizar el cuerpo. La carpeta de investigación fue abierta el mismo día, pero hasta ahora no hay ningún pronunciamiento sobre condiciones de seguridad o posibles responsabilidades.

¿Turismo o negligencia?

El ecoturismo, mal entendido, ha hecho del riesgo una atracción sin medidas. Cada vez más sitios naturales se convierten en escenarios para fotos espectaculares, pero con estructuras viejas, cero señalización y autoridades ausentes. La tragedia de Andrés no fue un accidente fortuito: fue el resultado de abandono institucional, de promoción turística sin regulación y de la idea falsa de que “lo natural” es siempre seguro.

Las preguntas caen por su peso:

—¿Por qué no había señalización?

—¿Quién revisa las condiciones de los puentes?

—¿Quién supervisa las rutas de observación en zonas de cocodrilos?

Medios

La respuesta habitual es el silencio. Un silencio que ahora comparte el canal donde desapareció el menor.

Los padres de Andrés permanecen en Lázaro Cárdenas esperando una recuperación que no llega. Lo hacen sin consuelo, sin cuerpo y sin explicaciones. No han tenido siquiera la oportunidad de despedirse. La Fiscalía ha informado que las labores de búsqueda continúan.


Con información de la Fiscalía General del Estado de Michoacán y reportes periodísticos del 18 de julio de 2025.

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