Ciudad de México, septiembre 11, 2025 06:31
Alcaldía Iztapalapa

Explosión de pipa de gas en Iztapalapa: Transportadora Silza en el ojo del huracán

El vehículo explotado operaba sin seguro vigente desde junio de 2025

La gasera es subsidiaria de Grupo Tomza, que controla cerca del 9 % del mercado nacional de gas LP.

En 2023, la empresa ya había estado implicada en una explosión que dejó cuatro muertos en Tijuana.

STAFF / LIBRE EN EL SUR

La tragedia de este miércoles en el Puente de la Concordia, en Iztapalapa, volvió a poner en el centro del debate a las empresas gaseras que dominan el mercado.

Una pipa de gas LP, operada por Transportadora Silza, S.A. de C.V., se volcó y explotó, dejando un saldo de al menos tres personas muertas y unas 70 heridas.

El nombre de la empresa no es menor. Silza es filial del Grupo Tomza, uno de los gigantes de la industria gasera en México.

De acuerdo con cifras de la propia compañía, Tomza acapara cerca del 9 % del mercado nacional de gas LP. Ese porcentaje lo coloca entre los cinco consorcios que concentran más de la mitad de la distribución en el país.

En ese contexto, el siniestro no es un accidente aislado. Se trata de un golpe que exhibe la fragilidad de los controles de seguridad en un sector estratégico y altamente concentrado.

La explosión ocurrió cuando la pipa, cargada en la Terminal Marítima Gas Tomza, se volcó en plena vialidad.

La Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA) informó que esa planta había registrado una póliza de seguro en septiembre de 2024.

Sin embargo, la vigencia de la cobertura concluyó el 12 de junio de 2025.

Después se intentó registrar una nueva póliza, pero la solicitud fue desechada.

El resultado es contundente: ni la terminal ni la unidad contaban con un seguro vigente al momento del accidente.

La ASEA confirmó además que en lo que va de este año Silza no ha ingresado ninguna solicitud para pólizas de responsabilidad civil ni por daño ambiental.

La ausencia de seguros obligatorios no es un detalle menor.

Significa que los costos humanos, materiales y ambientales de la explosión recaen directamente sobre víctimas, comercios afectados y, en última instancia, sobre el erario público.

Para una empresa con la envergadura de Tomza, que presume presencia en 16 estados de México y siete países de Centroamérica, con más de 12 mil empleados y más de 100 plantas operativas, operar sin seguros habla de un vacío de regulación tan grave como el propio siniestro.

Mientras las autoridades realizan los peritajes técnicos para determinar las causas exactas de la volcadura y preparar un informe de “causa raíz”, la tragedia ya dejó ver un punto ciego.

Una compañía que concentra una parte importante del mercado gasero operaba con flancos abiertos en materia de seguridad.

La tragedia de este miércoles en Iztapalapa, donde una pipa de gas LP de la empresa Silza explotó en las inmediaciones del Puente de La Concordia dejando un saldo de lesionados y daños a varios vehículos, revive un antecedente que parecía olvidado: hace apenas dos años, la misma compañía estuvo involucrada en un accidente mortal en Tijuana.

El 11 de abril de 2023, una fuga de gas en el área de llenado de tanques en una gasera de Silza, ubicada sobre la carretera libre Tijuana–Tecate, provocó una fuerte explosión seguida de incendio. El saldo fue trágico: cuatro trabajadores muertos y tres heridos de gravedad, además de la evacuación de decenas de empleados y una columna de humo visible a varios kilómetros. El siniestro ocurrió alrededor de las 14:30 horas; aunque el fuego fue controlado minutos después de las 15, la fuga seguía activa.

Ese día, bomberos de cinco estaciones, paramédicos de la Cruz Roja, Protección Civil y la Policía Municipal se movilizaron para contener la emergencia. Las pipas estacionadas en el predio tuvieron que ser rociadas para evitar más explosiones y la Secretaría de Gobierno Municipal de Tijuana pidió a la población no acercarse. Las causas apuntaban, nuevamente, a fallas en las medidas de seguridad.

Hoy, en Iztapalapa, la historia se repite con una coincidencia alarmante: la pipa siniestrada tampoco contaba con seguro, lo que deja en el aire quién cubrirá los daños de las víctimas y acrecienta las dudas sobre la supervisión oficial.

Tanto en 2023 como en 2025, la empresa queda marcada por un patrón de negligencia que convierte a sus unidades y plantas en un riesgo latente para trabajadores, automovilistas y colonias enteras.

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