Ciudad de México, noviembre 25, 2025 17:47
Música

‘Pies descalzos’, 30 años: cuando una muchacha de Barranquilla cambió el pop latino

Dejó de ser promesa local para abrirle a Shakira las puertas del mundo

De un inicio incierto a un salto inesperado: El álbum cumple tres décadas convertido en manifiesto generacional.

STAFF / LIBRE EN EL SUR

Treinta años parecen poco cuando uno recuerda la primera vez que sonó en la radio aquella voz grave, inesperada para una adolescente, diciendo “Estoy aquí queriéndote…”. Era octubre de 1995 y Shakira Isabel Mebarak Ripoll, con apenas 18 años, lanzaba un disco distinto a todo lo que sonaba en las listas: Pies descalzos.

Hasta entonces, la barranquillera había pasado inadvertida con dos trabajos juveniles —Magia y Peligro—, demasiado moldeados por una industria que pretendía convertirla en ídolo pop prefabricado. Esta vez tomó el timón: escribió cada canción, produjo con el colombiano Luis Fernando Ochoa y apostó por un pop-rock con guitarras, percusiones latinas y letras que hablaban de amores torpes, inconformidad social y búsquedas adolescentes con una sinceridad inusual.

La portada, con ella sentada en el suelo, cabello oscuro y los pies desnudos, anunciaba a alguien que quería despojarse de adornos y hablarle de tú a tú a una generación que crecía entre MTV Latino y el desencanto de los noventa.

El álbum se abría con Estoy aquí, un golpe melódico que entró sin pedir permiso en radios de México, Argentina, Chile y España. Luego llegaba ¿Dónde estás corazón?, la canción que primero circuló en un compilado local y terminó abriendo todas las puertas. Pero fueron otras piezas las que marcaron a fuego a quienes crecieron con aquel CD en el discman: Antología se volvió carta de amor adolescente que aún se canta como ritual; Pies descalzos, sueños blancos ironizaba sobre la hipocresía social con un desparpajo inusual; Un poco de amor jugaba con ritmos jamaicanos y abrió camino en Brasil y Argentina.

En esas letras había algo distinto: Shakira componía como alguien que pensaba, no sólo como quien buscaba un estribillo pegajoso.

Un fenómeno continental que sigue caminando

Con Pies descalzos llegaron cifras que cambiaron su destino: más de cinco millones de copias vendidas (algunos recuentos suman siete con reediciones), discos de platino en casi todo el continente y el primer gran tour internacional que llevó a la joven de Barranquilla a escenarios de México, Argentina, Chile, Venezuela y Estados Unidos. Era la época en que la industria aún moldeaba a las cantantes; Shakira rompió esa lógica al firmar cada letra y coproducir cada pista.

Treinta años después, el álbum sigue vivo. Antología continúa como clásico de karaokes y serenatas improvisadas; Estoy aquí abre sus giras mundiales; la edición en vinilo conmemorativa rescata aquel espíritu de autenticidad. Fue el punto de partida de una artista que luego puliría su propuesta en ¿Dónde están los ladrones? y conquistaría el planeta con Laundry Service.

Pero aquel primer gran salto —atrevido, íntimo y latino— nació aquí, con los pies desnudos sobre el suelo áspero de los noventa. Y tal vez por eso, al volver a escucharlo, uno se siente parte de una generación que descubrió que la sinceridad podía sonar en la radio y convertirse en fenómeno global.

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