Ciudad de México, noviembre 1, 2025 11:52
Ciencia y tecnología Vida

¿Comer carne nos hace violentos?

Entre la ciencia, la ética y el equilibrio interior

Estudios sugieren asociaciones entre dieta cárnica y agresión, pero no existe evidencia de causalidad.

POR LIBRE EN EL SUR

Durante siglos, comer carne ha sido símbolo de fuerza, estatus o simple placer. Hoy, sin embargo, la pregunta ha pasado de las sobremesas a los laboratorios: ¿podría la dieta influir en la agresividad humana?

En 2023, investigadores de la Universidad de Málaga y la Universidad de Toronto publicaron en el Journal of Family Violence un estudio que analizó la relación entre el consumo de animales y la violencia de pareja. Con una muestra de 245 adultos, hallaron que quienes reportaban mayor “consumo de animales” y menor empatía hacia ellos también tendían a mostrar más conductas agresivas hacia su pareja (Oñate & Dhont, 2023). Los autores fueron claros: la correlación existe, pero no implica causalidad.

Un año antes, un estudio con 275 adolescentes iraníes publicado en BMC Psychiatry observó que las dietas “occidentales” —ricas en carne roja, embutidos y bebidas azucaradas— se asociaban con mayores niveles de agresión y ansiedad, mientras que los patrones “saludables”, con frutas, legumbres y pescado, se relacionaban con menor hostilidad (Zare et al., 2022).

Y una revisión sistemática publicada por Frontiers in Psychiatry (Khan et al., 2023), que integró 36 estudios, concluyó que las dietas desequilibradas podrían relacionarse con impulsividad y conductas agresivas, aunque no hay pruebas de que la carne en sí provoque violencia.

La idea de que los alimentos influyen en la mente no es nueva. En la tradición del yoga clásico, el primer principio ético es ahimsa, la no violencia, descrito por Patanjali en los Yoga Sutras (II.30). Textos antiguos como el Hatha Yoga Pradipika clasifican los alimentos según su efecto energético: los sáttvicos (ligeros y equilibrados), los rajásicos (estimulantes) y los tamásicos (densos y generadores de inercia); la carne pertenece a estos últimos.

En la práctica moderna del yoga y en diversas escuelas de meditación budista, se recomienda reducir o evitar la carne con el argumento de que su digestión es pesada y puede entorpecer la calma mental. El maestro S. N. Goenka, en su enseñanza de la meditación vipassana, aconsejaba abstenerse de carne durante los retiros “para favorecer la ecuanimidad”.

La neurociencia coincide parcialmente en esa intuición. Investigaciones del National Institutes of Health (NIH, 2021) sobre nutrición y salud emocional señalan que las dietas ricas en vegetales, por su contenido en triptófano, ácidos grasos omega-3 y antioxidantes, contribuyen a mejorar el estado de ánimo y la regulación del estrés.

El espejo ambiental y ético

La FAO estima que la ganadería es responsable del 14.5 % de las emisiones globales de gases de efecto invernadero (Tackling Climate Change through Livestock, 2020). En paralelo, un estudio de la Universidad de Oxford, publicado en Science (Poore & Nemecek, 2018), calculó que eliminar carne y lácteos puede reducir la huella de carbono individual hasta en 73 %.

Estos datos han reforzado las corrientes vegetarianas y veganas no solo por motivos de salud, sino por coherencia ética: si la violencia comienza en el modo en que tratamos a otros seres vivos, reducir el consumo animal sería un acto de no violencia extendida.

Hasta ahora, la evidencia científica no permite afirmar que comer carne cause violencia. Lo que sí sugiere es que los patrones dietéticos influyen en la salud mental y emocional, y que las tradiciones espirituales que promueven la compasión —como el yoga y el budismo— encontraron en la moderación alimentaria una vía práctica para cultivarla.

La relación entre carne y violencia, más que fisiológica, parece simbólica: un reflejo de nuestra tensión entre deseo y conciencia.

Y tal vez, como advierte el maestro Thich Nhat Hanh, “cada bocado puede ser un acto de paz o de agresión”.

Fuentes verificadas:

Oñate J. & Dhont K. (2023). Journal of Family Violence, SpringerLink. DOI: 10.1007/s10896-023-00556-0.

Zare S. et al. (2022). BMC Psychiatry, 22:771. DOI: 10.1186/s12888-022-04231-7.

Khan A. et al. (2023). Frontiers in Psychiatry, 14:1176061.

Poore J. & Nemecek T. (2018). Science, 360(6392):987-992.

National Institutes of Health (2021). Nutritional Psychiatry and Emotional Regulation.

FAO (2020). Tackling Climate Change through Livestock.

Patanjali, Yoga Sutras, II.30.

Hatha Yoga Pradipika, cap. II, versos 14-16.

Thich Nhat Hanh (1991). Peace Is Every Step. Bantam Books.

S. N. Goenka (2010). The Art of Living: Vipassana Meditation. Vipassana Research Institute.

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