Presenta lleno de consumidores, tras meses de protestas vecinales por tala e intervención arquitectónica
Obligada a respetar el catálogo del INBAL, la empresa usó de muestra para fisonomía de la tienda los vestigios de un edificio funcionalista de los años cuarenta.
FRANCISCO ORTIZ PARDO
Son apenas dos crujías, que es el espacio arquitectónico entre dos muros de carga, y las fachadas. Pero los vestigios estéticos de tres edificios funcionalistas construidos entre 1946 y 1955 lucen aún en la nueva y modernísima tienda que La Comer abrió este miércoles en la colonia Del Valle.
Hace justamente un año, en mayo del 2022, la Fiscalía capitalina realizó el aseguramiento –por presuntos delitos ambientales– del terreno de 6,650 metros cuadrados.
El derribo de árboles, entre ellos jacarandas y palmeras, paradójicamente autorizado por la Secrtería del Medio Ambiente, fue motivo del rechazo durante meses por parte de vecinos de las calles circundantes, que incluso buscaron un amparo que impidiera la demolición primero de 4,632 metros cuadrados de otros inmuebles y más tarde la construcción 12,393 metros cuadrados para una tienda de autoservicio.
A esa construcción serían integrados finalmente –y sin remedio— las tres edificaciones antiguas, incluidas en el listado nacional de Bellas Artes de inmuebles con valor artístico, para un gran negocio de 24,695 metros cuadrados divididos en dos plantas.
En agosto del 2022, Libre en el Sur tuvo acceso a las obras de intervención en el interior del edificio A, que es el ubicado justo en la esquina de Gabriel Mancera y Miguel Laurent, donde constató una construcción añadida a las crujías del viejo inmueble, aunque efectivamente la fachada quedaba a salvo.
La obra de conservación debió contar con la autorización del INBAL, así como con una opinión de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda de la capital, cuyas oficinas están localizadas curiosamente en la misma manzana.
Por el derribo de 17 árboles, además del trasplante de tres más, La Comer se comprometió a compensar el daño con 67 ejemplares que deberán ser plantados en la zona de influencia del negocio.
En la fachada de la construcción nueva, en la calle Miguel Laurent, entre el Eje Vial Gabriel Mancera y la calle de Amores, se usó un tipo de ladrillo pulido rojoque emula al original de las edificaciones funcionalistas.
A la mitad de la cuadra está un amplio acceso al estacionamiento para el que fueron sacrificados algunos de los 17 árboles que los vecinos pretendieron salvar; cuenta con 258 cajones de estacionamiento y 47 biciestacionamientos.
En la parte externa alrededor del edificio, que continúa hacia la calle de Amores, se ubican 14 locales comerciales, aún sin ocuparse.
En el día de su inauguración la tienda presentó gran afluencia de personas y los autos llenaron el estacionamiento. No se vio rastro de la protesta vecinal y sí en cambio se constató la pasión consumista. Fue notoria la instrucción a decenas de empleados para dar la “bienvenida” a los clientes.
El negocio cuenta prácticamente con todo lo necesario para la vida hogareña, y también algunos productos “gourmet” al estilo del City Market de la misma cadena, una tienda ubicada a pocas cuadras, en Avenida Coyoacán y calle Pilares.
Por ejemplo, hay una variedad de carnes y pescados finos, quesos importados y una cava espaciosa con vinos caros, además de la sección de “alta repostería”.
Sin embargo, La Comer parece tener una estrategia para diferentes tipos de consumidor, pues en una demarcación en la que cruza más de un millón de personas cada día, particularmente en las cercanías de los Ejes Viales y la Avenida Insurgentes Sur, las “comidas del día” por 119 pesos puedes resultar un gran atractivo.
Aunque el marketing con que se anunció la apertura de la nueva tienda en esquinas de la colonia es #LaComerLlegaLaDelValle, en un radio menor a kilómetro y medio hay tres tiendas de la misma empresa.
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