POR RODRIGO CORDERA THACKER
Espero que todos estemos entendiendo la gravedad de lo que estamos viviendo y lo que vendrá después. Espero que todos entendamos que fuera de posturas ideológicas lo que se juega en estos meses es el futuro de México.
No se trata de sonar alarmista, todo lo contrario. Lo que necesitamos ahorita es una gran dosis de realidad, de urgencia y de buena política.
Si usted cree que esta crisis sanitaria pasará como cualquier cosa, lo envidio totalmente. Si usted cree que el mundo será igual en mayo, lo envido aún más.
Para la gran mayoría (espero), estamos viviendo una crisis de proporciones mayúsculas, y que el despertar puede ser muy doloroso. Si no se toman medidas fuertes y políticas dignas de estadistas.
Por lo que esta pequeña columna se resume a exponer la necesidad de un pacto fundamental entre los actores políticos, sindicatos, empresarios, pequeños medianos y grandes. A hacer política de gran calado.
Si el Estado no produce un acuerdo fundamental para poder solventar esta crisis. Nadie más podrá.
Si el jefe del Estado mexicano no convoca a la gran riqueza mexicana a entrarle de lleno, tendremos un escenario parecido al de Mad Max, Blade Runner y Children of men todos juntos.
Si el Estado deja a las pequeñas y medianas empresas a su suerte, nos levantaremos con un desempleo que peligrará la gobernabilidad del país.
Si El estado mantiene su política de austeridad especialmente con el sector de la salud, nos despertaremos ante un país con más muertos, añadiendo a la crisis de violencia que padecemos.
No son las horas de la política electoral, son las horas de pensar en el futuro inmediato y las de generar condiciones mínimas para sortear la pandemia y la crisis económica que ya este hace todo lo contrario.
No son las horas de la necedad, pero sí de la flexibilidad política. Son las horas de la imaginación y la creatividad, no la cerrazón y el empecinamiento.
El presidente quiere pasar a la historia. Y la coyuntura le está sirviendo en bandeja de plata una oportunidad única.
La de convocar a toda la sociedad y todos sus sectores, para trabajar en conjunto y poder levantar a un país de por si vapuleado por la desigualdad y la violencia.
O se hace todo lo contrario. El ejecutivo se va por la libre, sin convocar y sin propiciar un pacto y será entonces la ley de la selva y el sálvese quien pueda.
Espero que haya miras de estadista.
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