Ante la aceptación de que el agua en colonias de BJ sí está contaminada, lo que Sacmex había negado, no existe protocolo de seguridad para la gente.
POR FRANCISO ORTIZ PARDO
Se les hizo bolas el engrudo. O más bien se les mezcló el agua con el aceite. Por minimizarlo –acaso ocultarlo— ahora están en tremendo lío, en plena etapa electoral.
El agua en colonias no solo del poniente de la alcaldía Benito Juárez –tal cual localizó el problema Martí Batres– sí está contaminada. No con gasolina, dijo el Jefe de Gobierno. Sí con aceite, algún tipo de “lubricante” que, aseguró, no es explosivo. Ante tal falta de rigor se vale también decir que hasta el aceite de cocina puede prenderse si no se le maneja adecuadamente, ¿cierto?
Al tratarse de hidrocarburos, es insoslayable un posible daño ecológico, de indeterminadas proporciones porque tardan en degradarse cientos –o miles– de años.
Pero el problema mayor, por lo pronto, es que el Sistema de Aguas de la Ciudad de México (sacmex), esa entidad desacreditada por sistémicamente recurrir durante varios sexenios a la extracción del agua del subsuelo, que no es otra cosa que depredar, ha vuelto a mentir.
La mentira nueva de Sacmex me recuerda la suya de hace 14 años, que al ser descubierta provocó que el proyecto de la construcción de un pozo en el Parque de San Lorenzo, en la colonia Tlacoquemécatl, se le viniera abajo. Recuerdo a los directores técnicos de entonces como a los de ahora, seguros, sesudos, soberbios: El agua de los pozos es para proveer exclusivamente a los vecinos de las colonias cercanas a los mismos. Mienten de la misma forma que con el agua envenenada.
La misma mentira repetida hace dos meses a los residentes del Centro Urbano Presidente Miguel Alemán, a unas cuantas cuadras del parque de San Lorenzo. Lo cierto es que el agua del pozo que allí se construye (del que se extraerá más de un millón de litros al día, una grosería en tiempos del calentamiento global) se irá al caudal, administrado como lo prefiera el propio Sacmex porque él maneja las válvulas. En el caso del pozo de hace 14 años, Libre en el Sur descubrió, con documentos oficiales, que la intención era llevar el agua a Iztapalapa. Un engaño tras otro, pues…
Hoy vuelven las protestas gracias a una mala gestión –¿de la mentira?— por parte de Sacmex, un organismo que nunca ha dado cuentas del abandono de las tuberías obsoletas por donde se escapa el 40% del agua potable que dota el Sistema Cutzamala a la ciudad; ni tampoco acerca de la sobre explotación del subsuelo que hereda riesgos a las nuevas generaciones por el hundimiento que provoca.
En un comunicado, el 2 de abril, Sacmex se apresuró a decir que el agua con olor a gasolina, según habían reportado decenas de vecinos, es “de buena calidad”. Y en el colmo, sin averiguación alguna, se aventuró a establecer la conjetura de que se trataba de agua estancada en tinacos y cisternas. Alguien de Sacmex tendrá que justificarse ante el costo electoral que ello pueden sufrir los candidatos de Morena, en BJ pero de igual forma tanto como haga eco el escándalo en otras partes de la ciudad.
Todo en medio, además, de una crisis hídrica que también se ha pretendido negar.
Por una semana, de manera intermitente vecinos de diferentes colonias como Mixcoac, Nápoles, Del Valle y la misma Tlacoquemécatl, han bloqueado vialidades exigiendo una explicación que aún no llega. Este mismo martes la protesta llegó a las inmediaciones de Insurgentes y Xola, en los límites con las alcaldías Miguel Hidalgo y Cuauhtémoc.
Por parte del gobierno no existe un protocolo ante lo que pareciera una situación de emergencia porque hay personas, sobre todo adultos mayores, que han presentado escoriaciones en la piel. De manera vaga, Sacmex sugiere no bañarse con esa agua… ¿y entonces con cuál? No se dilucidan claramente los reales riesgos sobre protección civil ante una posible explosión ni tampoco un cálculo de tiempo para resolver un problema vital. Nadie quiere pensar en la posibilidad de una tragedia mientras no se halla el origen del problema.
Lo peor del caso es cómo le va a hacer el gobierno de Martí Batres para que los vecinos sí crean que es verdad la información que siga, pues no hay mayor descrédito que el engaño y más en un tema tan delicado.
Este reportero cuenta con información de primera mano sobre lo que dicen los químicos que han realizado los estudios. El agua no se debe consumir como bebida ni para preparar alimentos. Y ante una realidad de baño necesario que no se puede sustituir con líquido bueno, hay que secarse muy bien, con lo que se evitan lesiones en la piel.
El tiempo que se tarde el gobierno en resolver el problema tendrá efectos directos en el costo político para el oficialismo. ¿O es que se podrá acusar una conspiración del conservadurismo?
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