POR RODRIGO CORDERA THACKER
Hace un par de semanas, el candidato más progresista en la historia de EUA sufrió de un infarto en el corazón que cimbró al movimiento que ha venido levantando. Este fin de semana en Nueva York regresó a la campaña y mostró músculo en serio. Se congregaron más de 20,000 ciudadanos para demostrar su apoyo al candidato socialdemócrata.
Además de que recibió el apoyo de la diputada más joven en el congreso americano, Alexandria Ocasio-Cortez. Toda una revelación en la política de nuestro vecino salvaje.
La campaña según los medios tradicionales se encuentra a favor de Joe Biden y la senadora Elizabeth Warren. Pero después de este sábado las cosas pueden cambiar. Y así lo esperamos muchos jóvenes y no tan jóvenes que creemos que las ideas progresistas y sin medias tintas de Sanders y Cortez , podrían dar un vuelco a la política económica que tanta desigualdad ha generado, al igual que a la política ambiental que nos pone en riesgo a todos.
El discurso de Sanders es una bocanada de aire fresco; un discurso que resuena con la juventud y la aspiración de cambio real.
Sanders ha basado su campaña en una plataforma socialdemócrata que aboga por cobrar más impuestos a los ricos, generar un sistema de salud para todos los americanos, acabar con la dilapidación brutal de los recursos ambientales, además de que apoya las causas feministas y LGBTQ+. Vamos, es un hombre con ideas bien claras, que no disimula como la mayoría de los políticos y no se va por la tangente.
Como mexicanos debemos aspirar a que el fascista anaranjado pierda las próximas elecciones. Sea contra Biden, Warren o Sanders. Pero como está el mundo, una victoria del viejo progresista pondría a temblar al sistema capital y se podría (al fin) impulsar una reforma que acotara intereses ajenos a la gran mayoría del mundo.
La relación con el vecino del norte siempre ha sido tensa. Una relación desigual desde que somos estado nación. Con Bernie Sanders podría cambiar.
Sanders se ha pronunciado en contra de la política intervencionista de la CIA y en especial se ha pronunciado en contra del legado del Secretario de estado Henry Kissinger, que terminó por destrozar los anhelos de una América latina cercana a la izquierda.
La batalla de Bernie se ve complicada ya que no tiene apoyo de grandes corporaciones (porque no quiere), no tiene apoyo de los medios tradicionales alineados al “establishment” demócrata y la palabra socialdemocracia espanta a los americanos.
Pero un movimiento con bases sociales activas y en todo el país, podría dar una sorpresa.
Veamos que pasa. Esto apenas comienza.
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