Promete Clara Brugada repavimentar 250 km de vialidades primarias… pero los baches siguen marcando la ciudad

Baches peligrosos. Foto: Rogelio Morales / Cuartoscuro
Ciudad de México, la más congestionada del mundo en 2024-25, con un 52 % de congestión (TomTom Traffic Index)
Un plan de 2,250 millones que revive promesas de sexenios anteriores, mientras persisten problemas estructurales en drenaje y hundimiento
La jefa de Gobierno, Clara Brugada Molina, anunció que en octubre arrancará un “gran programa estratégico de repavimentación” de 250 kilómetros de vialidades primarias con una inversión de 2 250 millones de pesos durante 2025-2026. Señaló que la red primaria de la capital suma mil 100 kilómetros y que la meta equivale, simbólicamente, a la distancia entre Ciudad de México y Querétaro.
Aseguró que “han sido los meses más lluviosos desde 1940”, lo que ha agravado el deterioro del asfalto y la multiplicación de baches. “El bacheo es temporal; la repavimentación es la solución permanente”, sostuvo.
De acuerdo con el boletín oficial, desde el inicio de la actual administración se han atendido un millón 27 mil metros cuadrados de vialidades, aplicado 250 mil toneladas de asfalto y destinado 700 millones de pesos en mantenimiento, con 100 cuadrillas de 500 trabajadores desplegados cada noche.
Se destaca también la compra de 361 camiones y maquinaria, así como un incremento presupuestal de más de 4 mil millones de pesos para que las alcaldías atiendan calles secundarias. “Confíen en su gobierno, vamos a dar resultados”, pidió la mandataria.
El anuncio, sin embargo, revive un guion repetido. En 2014, Miguel Ángel Mancera anunció 2 500 millones de pesos para repavimentar 2 500 kilómetros; en 2019, Claudia Sheinbaum presentó su propio plan de reencarpetamiento con metas millonarias. Ninguno logró erradicar los baches ni evitar que, cada temporada de lluvias, el pavimento volviera a colapsar.
La Auditoría Superior de la Ciudad de México ha señalado en distintas revisiones deficiencias técnicas y sobrecostos en contratos de repavimentación de administraciones pasadas.
Lo que dice la técnica: drenaje rebasado y hundimiento acelerado
Investigaciones recientes de la UNAM advierten que los problemas de pavimento en la capital no se explican solo por el uso de asfalto o la frecuencia de lluvias, sino por factores estructurales que permanecen sin atender.
Un estudio del Instituto de Geografía y de la Facultad de Ingeniería de la UNAM, citado por El País, documenta que zonas del oriente de la capital se hunden hasta 30 centímetros al año, lo que provoca acumulación de agua de forma natural y agrava las inundaciones pluviales. Emmanuel Zúñiga, investigador de la UNAM, explicó que “la zona centro-oriente es donde encontramos los mayores desastres asociados a inundaciones… se trata de una zona de acumulación de agua de forma natural”. Estos hundimientos diferenciales, al deformar las vialidades y saturar el drenaje, aceleran la aparición de baches.
Además, un análisis del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM concluye que el sistema de drenaje profundo, inaugurado hace más de 50 años, está hoy rebasado por la población actual y por lluvias extremas cada vez más frecuentes. Su obsolescencia y falta de mantenimiento incrementan el riesgo de colapsos viales y de inundaciones en la capital.
Un tercer estudio apoyado en imágenes satelitales del radar Sentinel-1, desarrollado por la UNAM y publicado en 2025, confirmó que alcaldías como Iztapalapa, Iztacalco, Venustiano Carranza y Gustavo A. Madero son las más propensas a encharcamientos e inundaciones, vinculados directamente con hundimientos diferenciales y desequilibrios urbanos.
En suma, la Ciudad de México se mantiene como la urbe más congestionada del planeta, según el TomTom Traffic Index 2024-25, con un 52 % de congestión promedio. Los anuncios de repavimentación millonaria, sin atender el hundimiento del suelo y la crisis del drenaje, corren el riesgo de repetir la historia: inversiones que se filtran con la lluvia y baches que vuelven cada temporada, como una metáfora persistente de una ciudad donde el asfalto se hunde junto con la confianza ciudadana.