Libre en el Sur

‘Conviven’ paseantes del Parque Hundido… ¡soltando a sus perros!

STAFF / LIBRE EN EL SUR

Lejos de lograrse el objetivo de armonizar la convivencia entre los usuarios, el amplio confinamiento dispuesto para los perros en el Parque Hundido alienta los conflictos vecinales por la presencia, cada vez mayor, de canes que son soltados por sus dueños en los andadores del Parque Hundido.

Y es que en torno de ese espacio, ahora se reúnen los dueños de las mascotas, pero ¡para soltar a sus perros afuera!

De acuerdo con dos empleadas de la Alcaldía Benito Juárez que se encargan de resguardar el parque, las personas que cometen esa violación de la Ley de Cultura Cívica, lo hacen como si se tratase de algo normal y hacen caso omiso cuando se les llama la atención.

Dicho comportamiento –advierten– ha puesto en peligro a niños y ancianos, algunos de los cuales han sido agredidos por los animales.

En enero pasado, Libre en el Sur consignó que un niño de año y medio recibió una mordida de perro. Un mes después, una persona adulta mayor denunció haber sufrido un ataque de nervios al atravesársele repentinamente uno de esos animales.

Justo frente al confinamiento, este domingo se pudo observar a un grupo de personas que charlaban y convivían afuera del confinamiento mientras sus perros jugaban y brincoteaban, sueltos, y que paseantes o deportistas se veían obligados a esquivar. Algunos animalitos se acercaban a oler el excremento de otras mascotas que había quedado tirado en el suelo.

Perros y excremento.

La violación flagrante y constante de la ley en el Parque Hundido (está expresamente prohibido llevar a los perros sin correa en espacios públicos) ha enfrentado a los vecinos, pues es común que los dueños de los perros se molestan o se ponen agresivos cuando se les reclama por faltar al respeto.

Cada vez es más común ver a los perros corriendo por todo el parque, incluso entre las plantas y los jardines, que obviamente se maltratan, mientras los niños son relegados al espacio de los juegos infantiles.

En tanto, el enorme confinamiento para que corran los animales, cercano al límite del parque con la avenida Porfirio Díaz, suele verse semivacío, a pesar de que ha sido equipado hasta con juegos para los animales.

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