A pesar de los desaciertos en movilidad, tragedias en el Metro donde hay constantes incidentes, Claudia Sheinbaum saltó de un 43% de preferencias en enero a un 55%.
POR VÍCTOR MANUEL JUÁREZ
Perverso ha resultado el juego de las corcholatas y la sucesión adelantada. Los tres señalados originalmente y el denominado corcho –que a fuerza de perseverancia se metió en la contienda—se reclaman, señalan y agreden. Sin reglas claras, el objetivo es ganar a como dé lugar y a través de encuestas, lo que ha dejado insatisfechos a la mayoría de los aspirantes a la candidatura del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), con miras al 2024.
Y si bien es cierto que el dueño del tablero, las fichas y las reglas ha dicho que “no habrá dedazo como antaño” porque no son iguales, todo indica que será la actual jefa del Gobierno Capitalino quien se lleve los honores de ser la primera mujer aspirante a la máxima silla, La Silla del Águila. Así lo reflejan los apapachos y guiños del Palacio Nacional al Palacio del Ayuntamiento.
A lo largo de muchos meses, desde que se dieron a conocer los nombres de las tres corcholatas oficiales, Claudia Sheinbaum Pardo marcha a la cabeza con poca diferencia sobre Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores, con varios puntos arriba de Adán Agusto López, titular de Gobernación y muy lejana del líder de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República, Ricardo Monreal.
Tan solo este 4 de mayo, el diario El Financiero, que se ha dado a la tarea de publicar encuestas sobre el avance o retroceso de los aspirantes a la gubernatura de la capital y del gobierno federal, advierte que se mantienen altos los niveles de aceptación del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, lo que implica el combustible y propulsor de cualquiera de los que resulte electos al interior de su movimiento o partido.
El mismo diario publica que “sube la aprobación de Sheinbaum en la Ciudad de México” y hace notar que de enero a la fecha tuvo un repunte de doce puntos porcentuales y saltó de un 43 por ciento a un 55 de preferencias. Ello no obstante a los continuos desaciertos en materia de movilidad, como lo han sido los accidentes fatales en la Línea 12 del Metro o los constantes incidentes en otras líneas del principal transporte masivo de la ciudad de México.
Ricardo Monreal, quien finalmente logró su objetivo de ser considerado y hasta vuelto a invitar a las reuniones en Palacio Nacional con el líder de Morena, y poder posar a su diestra, se muestra ya muy rezagado y difícilmente podrá repuntar en las preferencias, más aún por los desacuerdos y desencuentros observados con las bancadas opositoras por el tema del INAI y el nombramiento de sus consejeros. Recupero algo de la amistad de su viejo amigo López Obrador, pero perdió la confianza como interlocutor confiable al interior del Senado, pese a sus continuos llamados a la unidad.
En tanto, los punteros Claudia y Marcelo se muestran ansiosos, inquietos y con ganas de relucir sus machetes. Desde la cúpula del morenismo, Mario Delgado los ha llamado a deponer las armas y a un cese al fuego, así como a “dejar de pensar el 2024 y concentrarse, en sus tiempos libres, en las campañas del estado de México y Coahuila, donde hay diferencias con los aliados del Verde y el PT”.
Y cierto es que el senador Guadiana, conocido por sus enormes sombreros texanos, no las tiene todas consigo y podría morder polvo ante los priístas, que lo aventajan ya con 18 puntos porcentuales, lo que parece imposible de remontar, así que es muy posible que el rico minero regrese a su curul con la cabeza baja luego de perder Coahuila.
Por lo pronto, en un cierren filas, Delgado solicitó de los dos punteros acudan a las giras y apoyen a sus candidatos. Y en este escenario, Claudia le solicitó a Marcelo que no coma ansias, que “mantenga la cabeza fría” y espere los tiempos y dejar claro que ella no puede visitar las entidades como lo frecuentan los secretarios de Estado. Lo cierto es que los tres favoritos han realizado actos anticipados de campaña que no han sido bien vistos por propios y extraños.
Y así como en su momento Monreal exigió piso parejo y reglas claras, es hoy el canciller quien demanda definiciones, como la fecha de las encuestas, más una serie de debates, además de la separación del cargo. Esto último ya lo empieza a delinear Ebrard con el anuncio de la renuncia de su subsecretaria Martha Delgado, encargada de Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos, quien anunció se dedicará a cuestiones de campaña. Proyectos personales y políticos que demandan mi completa dedicación”.
Para Marcelo Ebrard ya es el momento de muchas definiciones al interior del movimiento al que pertenece. Considera que para septiembre ya debe estar claro quién es el ungido por las encuestas, y no por el dedo mesiánico. Advierte además que “corresponde a Morena fijar las fechas, sino cada uno tomará sus decisiones”.
En la otra esquina, Claudia recomienda corazón caliente y cabeza fría hasta el día de las encuestas. Parecería que la lucha se centra en dos desde ahora, pues enfrente, en la casona de la oposición los posibles aspirantes a una candidatura única de coalición son muchos, pero pocos suman o son carismáticos para el electorado.
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