Es fundamental entender que alrededor de la posibilidad de alcanzar estas velocidades en cualquier camino mexicano está un sistema vial negligente que lo permite.
POR LAURA BALLESTEROS MANCILLA
El fallido sistema vial de nuestro país arroja 24 mil muertes viales anuales, sin que esto sea una prioridad nacional. Todas son muertes prevenibles, todas son producto de un fallo en el sistema, ya sea por falta de reglas, supervisión, coordinación, infraestructura, o sanciones. El Estado está en deuda con las víctimas.
El pasado domingo un funesto, y lamentable, hecho vial en la carretera México-Cuernavaca que dejó 7 personas muertas y más de una quincena de heridos, ha traído la atención de medios de comunicación, redes sociales, y opinión pública en general hacia un sistema vial que está agotado, roto, el cual lleva así mucho tiempo atrás. El suceso carretero ha centrado el debate en la supuesta culpabilidad de los motociclistas que iban a velocidades mayores a 250 km p/h, y sí, esa irresponsabilidad les costó la vida y pudo costar a muchos más como efecto colateral. Sin embargo, es fundamental entender que alrededor de la posibilidad de alcanzar estas velocidades en cualquier camino mexicano está un sistema vial negligente que lo permite.
Sin normativa actualizada, sin autoridades que hagan cumplirla, sin sanciones, sin licencias serias con examen previo, con infraestructura hecha para sostener esas velocidades y más, sin coordinación entre gobiernos, sin usuarios seguros y capacitados, sin estrategia o metas. Sin vehículos seguros, sin una correcta gestión de los factores de riesgo.
¿Qué podía salir mal?
Ayer, en la México-Cuernavaca falló todo, como falla todos los días en las calles y carreteras mexicanas. Lo sucedido ahí no es un hecho aislado. Según datos del Instituto Nacional de Salud Pública, nuestro país ocupa el séptimo lugar en hechos viales, con 22 decesos al día de jóvenes entre 15 y 29 años, constituyendo la primera causa de muerte entre personas de 5 y 29 años, y la quinta entre la población en general. Todas muertes prevenibles, de accionar una serie de medidas que garanticen un sistema vial seguro.
La práctica internacional ha encontrado evidencia contundente a través de años de trabajo y observación de organismos internacionales, como la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), sobre la estrategia, objetivos y acciones que deben implementarse en los países para lograr reducir las muertes viales a cero. A través del Decenio de la Seguridad Vial, y sus cinco pilares, así como la ratificación de los países miembros de la ONU de la declaración de Estocolmo, se ha adoptado un cambio de paradigma a través del “Enfoque de Sistema Seguro”, el cual establece que no podemos seguir culpando a las víctimas de hechos viales porque no somos infalibles, todos cometemos errores, y el sistema vial debe de estar diseñado para que estos no nos cuesten la vida.
Entre las acciones más eficaces para lograrlo, según la OMS, están la planificación urbana y la de transporte, el diseño de carreteras seguras, auditorías independientes de seguridad vial, vehículos seguros, el control eficaz de la velocidad a través de la infraestructura, la normativa, a cargo de la policía. Así como la generación de leyes y normativas locales y nacionales que estén armonizadas con las mejores prácticas globales, y exijan el uso de cinturón de seguridad, el uso de casco para motociclistas que cumpla con las normas internacionales, el no consumo de alcohol, la obligatoriedad del uso de sillas de retención para niños, infraestructura segura, y la mejora de la respuesta de atención a víctimas tras un siniestro. Todo lo anterior es imposible de lograr sin presupuesto y gobernanza, se cocina ya una Ley General de Movilidad y Seguridad Vial en el Senado para lograrlo, cada día sin ella en uno con más víctimas viales.
Como podemos ver, lo más fácil es culpar al usuario, en este caso a los motociclistas. Sin embargo, aquí fallaron todos, falló el sistema vial completo, y eso es ya insostenible.
Coordinadora GHAI – GRSP, Iniciativa Global Bloomberg para la Seguridad Vial (BIGRS).
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