Ciudad de México, octubre 11, 2025 12:34
Medio ambiente

Es México puente geográfico de aves migratorias entre Norte y Sur

Provee sitios de invernada, descanso y alimentación esenciales; es escala y destino principal de 313 especies de la avifauna continental.

Tiene México  papel estratégico en el ciclo de vida de más de 300 especies del continente; Amenazas, impacto y esfuerzos de conservación en áreas naturales protegidas.

STAFF/LIBRE EN EL SUR

En la conmemoración anual del Día Mundial de las Aves Migratorias, este 11 de octubre, México reafirma su posición como una nación de importancia biológica crítica a escala global. El territorio nacional no solo alberga una vasta diversidad de especies residentes, sino que funciona como un corredor biológico esencial y un destino insustituible para millones de aves que emprenden uno de los fenómenos naturales más espectaculares: la migración continental.

México ostenta el primer lugar en diversidad aviar en Norteamérica, con un registro que supera las mil 100 especies. De esta riqueza, se estima que al menos 313 especies son migratorias, lo que representa cerca del 30 por ciento de la avifauna total del país.

Los datos de monitoreo confirman que más de la mitad de las aves migratorias neotropicales, aquellas que se reproducen en Canadá y Estados Unidos, pasan entre seis y ocho meses del año invernan o utilizan el territorio mexicano como sitio de paso crítico. Esto convierte al país en el anfitrión principal de especies cruciales para los ecosistemas de todo el continente, incluyendo patos, gansos, playeros, rapaces y una amplia variedad de aves canoras, como los chipes, que representan el grupo más numeroso de migratorias pequeñas.

El flujo migratorio se articula en el país a través de la convergencia de las grandes rutas continentales americanas, en particular la del Pacífico y la Ruta Central, que atraviesa las Sierras Madre Oriental y Occidental, así como el Altiplano Central. Puntos geográficos específicos, como el Istmo de Tehuantepec, funcionan como embudos naturales donde se registra una concentración masiva de aves de presa y otras especies en su travesía.

En el centro del país, la Ciudad de México se consolida como un destino de invernada clave, registrando la llegada de 229 especies migratorias tan solo en su temporada invernal. La lista de visitantes notables incluye el Pelícano Blanco Americano (Pelecanus erythrorhynchos), que migra a costas y humedales en busca de aguas cálidas; el Colibrí de Cola Ancha (Selasphorus platycercus), que se desplaza hacia el sur de México y Guatemala; y la Golondrina Común (Hirundo rustica), que utiliza las estructuras humanas para su reproducción e invernada en el país.

A pesar de la trascendencia ecológica, las aves migratorias y sus hábitats enfrentan amenazas crecientes y documentadas. El principal riesgo es la pérdida y destrucción del hábitat, consecuencia directa de la expansión de la frontera agrícola, la deforestación y el rápido desarrollo urbano que fragmenta los corredores biológicos. Se estima que, a nivel global, cerca del 38 por ciento del área terrestre ha sido convertida a campos agrícolas, un impacto que en México afecta a los sitios de anidación, descanso y alimentación.

Otro factor crítico es la contaminación por agroquímicos, cuyo uso desmedido, incluyendo pesticidas y herbicidas, reduce significativamente las poblaciones de insectos, base de la cadena alimenticia de muchas especies, y tiene un efecto negativo en la salud aviar y la calidad del cascarón de sus huevos. Además, la cacería y el comercio ilegal de especies continúan ejerciendo una presión significativa sobre las poblaciones.

En respuesta, el Gobierno de México, a través de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), ha implementado estrategias clave de conservación, con un enfoque particular en las Áreas Naturales Protegidas (ANP) que fungen como santuarios esenciales. Un programa de restauración en las islas del Pacífico mexicano ha logrado la rehabilitación de aproximadamente 60,000 hectáreas mediante la eliminación de especies exóticas invasoras. Como resultado directo de estos esfuerzos, 23 de las 27 colonias de aves marinas que se habían perdido en islas de la Península de Baja California han regresado.

En el ámbito urbano, por otra parte, las acciones de rehabilitación han demostrado ser efectivas: el Parque Ecológico de Xochimilco ha mejorado sus humedales, lo que ha permitido el registro de 220 especies de aves migratorias y residentes; y el Bosque de San Juan de Aragón triplicó la cantidad de especies observadas en 20 años, pasando de 60 especies en 2001 a 182 en 2021, con la llegada de hasta 200 especies en temporada invernal. Estos logros se sostienen con programas de monitoreo biológico, vigilancia comunitaria y educación ambiental que son vitales para asegurar la continuidad de la ruta migratoria continental.

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