POR RODRIGO CORDERA THACKER
Para sorpresa de los analistas centristas de CNN y sus pares en los medios nacionales de México, Bernie Sanders arrasó en Nevada. Mientras el centrismo se mostraba sorprendido, la campaña de Sanders entendió cómo ganar en Nevada: con los latinos, los afroamericanos, los árabes y los blancos trabajadores que no han sido tomados en cuenta por el presidente empresario.
Este sábado 29 de febrero el partido demócrata, en especial el ala del centro con Joe Biden como protagonista se juega el pellejo en Carolina del Sur. El mismo ha dicho que tiene el apoyo de la comunidad afroamericana en ese estado, pero las encuestas empiezan a virar y parece que habrá un empate técnico entre Biden y Sander. Yo creo, que la población afroamericana está empezando a entender que tienen a un aliado sincero en Sanders más que en el vicepresidente de Obama.
Bernie Sanders tiene un pasado más que cercano en todas las luchas sociales de EUA. Apoyó el congreso por la equidad racial en la época de la segregación, marchó en Washington en la marcha del Dr Marthin Luther King y fue arrestado en Chicago por protestar contra la segregación racial en las escuelas.
Como senador siempre se opuso a los drásticos recortes en torno a la educación básica que siempre termina por fregar a los afroamericanos y latinos. Tiene el apoyo de militantes afroamericanos como Cornell West que siempre ha mostrado posturas de izquierda en torno a la desigualdad social. Pero creo hay algo más.
Y es que Bernie Sanders tiene un pasado de lucha que, en este momento de pantomimas políticas, la juventud americana agradece a un viejo congruente con sus ideas y con sus luchas.
Existe la opinión popular de que Bernie Sanders sería el candidato más débil contra el fascista naranja. Yo creo que se equivocan.
La postura de que EUA no aceptara la democracia social me parece que sería entendible en otras épocas. Los millenials no crecieron con el miedo hacia la USSR, no crecieron amando el capitalismo que les dio las espaldas cuando entraron de lleno al periodo neoliberal o como muchos lo llaman: la revolución de los ricos.
Que solo acabó por menguar a la clase media americana, y ni se diga en nuestro país. La gran mayoría de los millenials tiene un rechazo brutal por lo que allá le llaman la “corporate media” ya que leen entre líneas las apuestas por mantener el estatus quo.
Creer que Bernie Sanders es una presa fácil del partido republicano es no leer el momento del mundo, en donde las juventudes son las que deciden elecciones y buscan propuestas supuestamente radicales.
En cuanto al apoyo latino que recibió en Nevada, podemos también otorgarlo a la brillante diputada Alexandria Ocasio-Cortez que entendió que esta campaña tiene que ser bilingüe.
La gran mayoría de la propaganda política desplegada en medios digitales y tradicionales busca acercar a las familias latinas a este movimiento de masas que insisto puede ganar la presidencia del país más poderoso del mundo.
Analistas mexicanos arguyen que sería terrible para México una presidencia como la de Sander. Yo simplemente creo que lo peor que nos ha pasado en estos años de cambio es tener de vecino a un fascista empresario, que maltrata a los mexicanos y ataca a nuestros representantes políticos.
Por lo menos con Sanders tenemos la certeza de que no odia a los migrantes, no odia a los latinos y tendríamos que entrar en un nuevo proceso de negociación política y económica en torno a los tratados que tenemos con ellos.
Pero lo que es innegable es que Bernie Sanders lucharía por los trabajadores de EUA y México.
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