Ciudad de México, noviembre 21, 2024 15:27
Inseguridad

Ola mundial de indignación por asesinato de dos jesuitas en la Tarahumara

Diversas instituciones nacionales e internacionales condenan el hecho y claman justicia.

Lamenta el Papa Francisco la cantidad de asesinatos que se registran en México y expresa “tristeza y consternación” por el asesinato de sus hermanos jesuitas. 

STAFF/LIBRE EN EL SUR

Diversas organizaciones nacionales e internacionales, así como personajes públicos, partidos políticos y el Congreso mexicano  han manifestado su indignación y condenado el asesinato de los sacerdotes jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar en el interior de la iglesia de Cerocahui, en el municipio de Urique, en la Sierra Tarahumara de Chihuahua.

Ambos fueron acribillados en el templo de la misión en esa localidad serrana cuando trataban de defender a un guía de turistas, Pedro Palma, que era perseguido por sicarios.

El Papa Francisco lamentó este miércoles la cantidad de asesinatos que se registran en México después de que se conociera la muerte de dos sacerdotes jesuitas, sus “hermanos”, un guía turístico en una iglesia en la Sierra Tarahumara de Chihuahua.

Su Santidad, el primer Pontífice jesuita de la historia, expresó su tristeza y consternación por los asesinatos de estos dos religiosos.

Entre las instituciones demandantes de justicia están la comisión de Derechos Humanos de la ONU, Amnistía Internacional y la Unión Europea.

La oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) lamentó el “brutal” asesinato, perpetrado el lunes, e hizo un llamado “por el pronto esclarecimiento” de la muerte de los sacerdotes, al tiempo que expresó sus condolencias a familiares y amigos.

A su vez, Amnistía Internacional expresó su “profunda indignación y preocupación por el clima de violencia y falta de medidas de seguridad por parte de las autoridades” en la comunidad mencionada.

También realizó un llamado a las autoridades para realizar una investigación diligente y efectiva como las acciones pertinente para la pronta recuperación de los cuerpos.

La Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús manifestó su indignación ante el hecho y su preocupación por el clima de violencia que vive nuestro país, en un comunicado difundido al mediodía de este martes.

“Condenamos estos hechos violentos, exigimos justicia y la recuperación de los cuerpos de nuestros hermanos que fueron sustraídos del templo por personas armadas”, pone el documento. “También demandamos que de forma inmediata se adopten todas las medidas de protección para salvaguardar la vida de nuestros hermanos jesuitas, religiosas, laicos y de toda la comunidad de Cerocahui”.

Y enseguida advierte:

“Hechos como estos no son aislados. La sierra tarahumara, como muchas otras regiones del país, enfrenta condiciones de violencia y olvido que no han sido revertidas. Todos los días hombres y mujeres son privados arbitrariamente de la vida, como hoy fueron asesinados nuestros hermanos”.

Agrega que los jesuitas de México “no callaremos ante la realidad que lacera a toda la sociedad. Seguiremos presentes y trabajando por la misión de justicia, reconciliación y paz, a través de nuestras obras pastorales, educativas y sociales”.

El Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, obra social de la Compañía de Jesús, demandó que los hechos sean investigados y se garantice la seguridad de los sobrevivientes.

“La violencia avanza ante la incapacidad e indiferencia de lo gobiernos”, afirmó en redes sociales.

Por su parte, Fundación para la Justicia y el Instituto para las Mujeres en la Migración (Imumi) también se sumaron a la exigencia de justicia.

“México no puede seguir sumido en la violencia que arranca la vida de miles de personas”, indicó Fundación para la Justicia. El Imumi pidió que se adopten las medidas necesarias para la protección de todos los hermanos jesuitas en Cerocahui.

A su vez, la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, otra institución encomendada  a la Compañía de Jesús, condenó “enérgicamente” el asesinato de Campos Morales y Mora Salazar y el ciudadano de Cerocahui e hizo un llamado a evitar la impunidad “de esta injusticia”.

Exigió la recuperación de los cuerpos de los dos jesuitas, que fueron sustraídos de la Iglesia por personas armadas y demandó el esclarecimiento de los hechos. Igualmente, pidió la adopción de medidas de protección para salvaguardar la vida de los demás jesuitas, de las personas religiosas y laicas al igual que de toda la comunidad que se vio afectada.

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