RODRIGO CORDERA THACKER
Esta semana conocí a una familia de Oaxaca que vino a trabajar las calles inclementes de la ciudad de México, especialmente de nuestra alcaldía Benito Juárez.
Mateo toca el acordeón mientras su hija y esposa piden limosna y apoyo de las clases medias que frecuentan restaurantes y cafés de la Colonia Narvarte.
Mateo y yo empezamos hablando de música y los minutos se volvieron horas de buena charla. Me contó que vino de un pueblo de Oaxaca en la sierra Mixteca. Su pequeña comunidad no rebasa las 40 familias y principalmente se habla náhuatl.
Le pregunté sobre las oportunidades de trabajo, sobre su situación económica y su situación en general. Su vida, como la de millones de mexicanos está totalmente ligada al apoyo gubernamental y de la gente que se digna a voltearlos a ver.
Mateo y su esposa vienen cada verano a conseguir dinero suficiente para comprar los útiles escolares para su pequeña hija de 8 años, su hijo de 12 y apoyo médico para su hija de 15 que tiene un problema serio en los huesos, pero carecen de diagnóstico certero ya que la medicina es un lujo que no se pueden dar.
Mientras platicamos su hija quiso ir al baño, pero la vergüenza de saberse diferente le impedía entrar al restaurante.
Mateo me contó que normalmente no los dejan entrar a los cafés o locales, que los corren y los maltratan. Me contó que se han burlado de ellos por hablar en náhuatl, y que muchos jóvenes de su comunidad prefieren hablar español con tal de no ser humillados.
Me sorprendió y me afligió cómo me contaba estas situaciones. Cómo está completamente normalizado el racismo y el clasismo.
Entre varios amigos y vecinos juntamos útiles para su hija, ropa para su esposa y dinero para comprar material para la reconstrucción de su casa.
Este apoyo es momentáneo y cambiara su vida unos pocos meses. Por eso es importante el perfil de un gobierno de izquierda. Un gobierno que apoye a los más desprotegidos, pero sin clientelismo. Que apoye a la gran mayoría a salir de la pobreza, que no los convierta en fábrica electoral como hizo por tantos años el PRI.
Unicef y Coneval tienen cifras de espanto en estos rubros. Se sabe que más de 20 millones de niños están en situación de pobreza, y esta cifra en si nos debería de alarmar a todos. Estos niños deben de tener oportunidades dignas y poder salir adelante.
Por eso voté por MORENA estas elecciones. Porque primero los pobres no solo es un slogan de campaña, es una perspectiva de lo que el Estado debe de hacer.
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