El invento de las vacaciones
El primer viaje de Thomas Hook. Especial
El periodo de las vacaciones escolares de verano se dio a causa de los calores extremos que dificultaban el rendimiento escolar. Y así desde el siglo XVII en Inglaterra se estableció un periodo de seis semanas de interrupción académica. La temporada vacacional larga en nuestro país fue inicialmente implementada en diciembre; pero con el tiempo se ajustó a los estándares mundiales: ¡el verano!
POR ESTEBAN ORTIZ CASTAÑARES
Tomamos por sentado que la idea de un periodo de descanso en el año ha existido desde hace mucho tiempo. Pero en realidad es exactamente lo contrario, la aparición de las vacaciones como las entendemos es un concepto totalmente moderno.
La humanidad hasta finales del siglo XVIII fue fundamentalmente agrícola. La gran mayoría de la población vivía en el campo donde se producía apenas un pequeño excedente, que permitía que los pequeños centros urbanos vivieran y se concentraran en actividades distintas que la producción alimenticia. Ello hizo que la vida humana estuviera fundamentalmente regida por la estacionalidad climática. La intensidad y tipo de trabajo cambiaba, según lo que se podía hacer, pero no existía un periodo de pausa como se entiende actualmente.
En occidente hasta principios del siglo XX, por ejemplo, en otoño después de la cosecha venía un periodo de trabajo para transformar el alimento obtenido en “producto duradero”, a través de conservas, ya sean con uso de salmueras o en mermeladas, o en graneros donde se trataba de mantener un ambiente que evitara que el alimento se echara a perder. En el periodo invernal, la población se concentraba en la reparación de herramientas para preparar las siembras de primavera. En cambio en el verano el trabajo disminuía en los campos de cultivo pero era intenso en la parte de la ganadería.
El primer concepto de vacaciones, o más bien de día de asueto, se generó con las fiestas religiosas y civiles. No eran de descanso meramente sino para que la población pudiese concentrarse en el trabajo de preparación de los eventos y, por supuesto, que pudiesen participar activamente en ellos. De tal forma, se trataba más de una ofrenda de tiempo que un periodo de descanso, pero daba de manera complementaria cohesión social y era un momento donde se podía comerciar y conocer cosas distintas.
En la época medieval se volvió una parte fundamental de la vida que rompía el tedio. El año estaba lleno de festividades, en promedio casi el 50% de las semanas tenían algún tipo de evento religioso. El trabajo era parte de la vida y se consideraba una actividad incesante pero con poca intensidad. Excepto los comerciantes, la gente permanecía en sus lugares de origen moviéndose no más allá de un radio de 100 kilómetros durante toda su vida.
La peregrinación fue el primer concepto de turismo, que más bien era una especie de sacrificio, donde los creyentes se exponían a los peligros y vicisitudes del viaje, por una curiosidad de conocer los sitios maravillosos que su cultura describía, o, con la esperanza de obtener ayudas divinas que mejoraran su existencia. Cuando se afectaban los periodos cíclicos –que ocurrían regularmente por conflictos humanos, como las guerras, o por fenómenos naturales, se generaban grandes hambrunas que diezmaban la población, sobre todo en las ciudades y pueblos. En Europa la última hambruna se dio en 1945 a causa de la Segunda Guerra Mundial.
Este problema se redujo lentamente con la revolución industrial, que con la gran producción a escala generaba un gran excedente y el comercio internacional empezó a proveer de alimento en periodos de escasez a las zonas afectadas. El trabajo se volvió intenso, marcado por tiempos claramente definidos. Una creciente burguesía y la clase media, con excedente de dinero, empezaron a buscar espacios de descanso y recuperación. Con esto comenzaron a aparecer los primeros servicios de actividades recreacionales en las urbes, donde estaban las fábricas;, inicialmente ofreciendo transporte, comida (cafés y restaurantes) y centros de recuperación (termas).
Los servicios de viajes turísticos se empezaron a popularizar, primero a lugares cercanos y después lejanos y exóticos. El primer tour organizado en el mundo lo hizo Thomas Cook en 1841 para un grupo de 500 personas, a una distancia de 17 km, en Inglaterra (por cierto que la empresa que fundó quebró en 2019). Pero las vacaciones como un derecho universal para todos los trabajadores tuvieron que esperar hasta 1948, cuando se incluyeron por las naciones unidas en el acta de Derechos de los Trabajadores (Artículo 24).
Las vacaciones escolares son un derivado de esta historia, que modificó a su vez la cultura de descanso. Las escuelas en el medievo, por el mismo motivo de estacionalidad agrícola, tenían 10 meses activos. En Alemania, por ejemplo, las vacaciones de otoño de la escuela eran particularmente importantes porque permitían que los niños ayudaran en la cosecha. El periodo de las vacaciones escolares de verano se dio a causa de los calores extremos que dificultaban el rendimiento escolar. El periodo de las vacaciones escolares de verano se dio a causa de los calores extremos que dificultaban el rendimiento escolar. Y así desde el siglo XVII en Inglaterra se estableció un periodo de seis semanas de interrupción académica.
Con el tiempo, por la modernización de la sociedad y el hecho de que los niños estaban de vacaciones, esa cultura del descanso veraniego se extendió a los sectores laborales y en la actualidad en toda la zona del sur de Europa, a partir de Francia, gran parte de los habitantes, sobre todo de las ciudades, viajan a playas o lugares de descanso dejando solos a los turistas temerarios –o despistados–, sufrir los calores que las urbes tienen en esta época. A falta de una gran parte del personal, la productividad empresarial prácticamente se detiene.
El periodo vacacional escolar largo en nuestro país fue inicialmente implementado en diciembre. Pero con el tiempo, México trató de ajustarlo a los estándares mundiales –en realidad occidentales—, extendiendo el periodo veraniego y reduciendo el invernal. El problema es que normalmente el padre y la madre de familia trabajan y se vuelve un problema tener a los hijos solos en, por lo que en muchos casos las vacaciones de verano son una variación de las actividades escolares, más divertidas, sí, pero siempre dirigidas, ya sea deportivas, artísticas o de entretenimiento.
No está mal, pero el ocio y el aburrimiento crean también oportunidades para que cada niño investigue y se desarrolle en cosas que le interesen genuinamente. Por supuesto que el riesgo son las actividades enajenantes (las redes sociales y video juegos) que pueden cooptar y dirigir a los menores de edad a temas enfocados en intereses de las organizaciones comerciales. De cualquier forma es deseable que con el tiempo cada vez más familias mexicanas tengan la oportunidad de dedicar al menos parte del verano a convivir con sus hijos. Con la reforma laboral de 2022 (ver mi artículo de “El tiempo que te quede Libre”, de diciembre de 2022), ahora los trabajadores gozan por ley de más días de vacaciones que bien se pueden ocupar con la familia.
¡Les deseo un feliz verano, con bonitas experiencias con familiares y amigos!