Libre en el Sur

JUVENTUD COMO SISTEMA / Salidas desde la cultura

DINORAH PIZANO OSORIO

Para entender la situación nacional respecto a la cultura es preciso revisar algunas cifras relacionadas con los presupuestos asignados e infraestructura en la materia. En los países que conforman la OCDE, el promedio de inversión es de 2.4 por ciento del PIB. Para el caso de México, desde hace más de 50 años, es decir, medio siglo, seguimos peleando por alcanzar el 1 por ciento. Incluso la UNESCO se pronunció en apoyo al incremento. No ocurrió.

De acuerdo con la Dirección General de Bibliotecas este país cuenta con siete mil 413 bibliotecas, mil 306 museos y 644 teatros. El asunto radica en qué hacemos para incrementar el número de asistentes. Por ejemplo, los porcentajes son menores. De acuerdo con un estudio realizado por el desaparecido Conaculta, en 2010, únicamente 9.8 por ciento de la población acudió a una obra teatral. 24.2 asistió a una biblioteca, 13.3 a una librería y 43.1 a fiestas tradicionales.

Nos situamos en tiempos de propuestas electorales. Desafortunadamente el rubro cultura no aparece con la fuerza que un país como el nuestro demanda.  No existe impedimento alguno para conformar una agenda cultural que sea llevada al Congreso de la Unión. Una de las ventajas de la división de poderes, entre tantas otras, radica en que las líneas de acción pueden encontrar diversos canales e impulsos.

Foto: Cuartoscuro

Pienso en la importancia que guarda el llevar a la calle todo tipo de expresiones. Por ejemplo el teatro o la pintura. Si durante el siglo pasado este país pudo durante un periodo desarrollar el movimiento muralista obedeció a, desde mi punto de vista, dos cosas: el contenido social y la ubicación de las obras.

Por contenido social es preciso definir que tenía una postura de carácter político. No hay arte neutro, mucho menos el que ocupa calles, plazas, parques.

Romper inercias también es fundamental. Más allá de la inmediatez que proveen las redes sociales, un proyecto ambicioso radicaría en relatar mediante imágenes la historia reciente de las expresiones sociales en un país cruzado por femicidios, crisis económica y desapariciones. La memoria histórica se construye, y los pueblos tenemos derecho a ella.

La cultura es una salida a la circunstancia actual, quizá la más efectiva pero la menos efectista. Por ello es fundamental incrementar la inversión del Estado, con prospectiva y enfoque de desarrollo de capacidades culturales. México fue referente cultural de América Latina y el mundo, podemos volver a serlo.

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