Psicólogas de Montessori Domani alertan de las afectaciones
En el caso de los pequeños, la tristeza por la muerte de un ser querido genera síntomas de pérdida del apetito, pesadillas, fatiga y falta de iniciativa para realizar sus actividades cotidianas.
Ante el regreso a clases presenciales para niños y adolescentes mexicanos, expertas del instituto Montessori Domani informaron sobre las afectaciones sociales, psicológicas y emocionales que los estudiantes experimentan durante la pandemia por Covid-19, principalmente ansiedad por separación y duelo por la muerte de seres queridos.
Como primer medida destacaron hablar con los pequeños sobre lo que implica la muerte de personas cercanas, y acompañarlos durante el proceso de duelo, con objeto de permitirles expresarse ampliamente.
“Muchas veces cuando las personas no hablan de su dolor este va a surgir de otras maneras, en síntomas, accidentes y enfermedades”, indicó Paula Alicia Palacio Ramírez, psicóloga de la institución.
De acuerdo con Ramírez, un tema clave que deben considerar los padres es la manera en que los niños viven el tema de la muerte y el duelo. A través de un webinar organizado por Montessori Domani, al que tuvo acceso NotiPress, la especialista habló sobre las bases psicoanalíticas y psicosociales del fallecimiento en tiempos de pandemia. La presentación, titulada “transitando la vida, transitando la muerte”, se enfocó en la manera de vivir y procurar las relaciones con personas cercanas. Ello desde una idea de la finitud de la propia vida y la de los demás, para poder tomarla como un proceso natural.
Al respecto destacó las repercusiones en los principales tipos de fallecimiento, como súbitos y por enfermedad, cuyos síntomas por el duelo pueden detonar sentimientos de culpa, enojo, depresión, desconocimiento, entre otros. Con respecto al dolor provocado por este proceso comentó que “invade tanto a la persona que no puede continuar con su vida; el cual depende en mayor medida en el vínculo con la persona y sus rasgos personales”.
En ese sentido resulta indispensable tener los canales y redes de apoyo para poder hablar del tema, de lo que se siente y espera. Los niños no son la excepción, principalmente por encontrarse en sus años críticos de formación y tener un tipo de pensamiento concreto, agregó la especialista.
Los niños deben enfrentarse al entorno generado por una crisis sanitaria prolongada en su regreso a clases. Un estudio de la Universidad Estatal de Ohio, Estados Unidos, informó que el número de estudiantes con depresión aumentó 28.3% durante abril. En el caso del país norteamericano los casos positivos de depresión ocurrieron de manera paralela al regreso a clases presenciales. Según la encuesta de dicha institución, las dificultades en tema de salud mental se presentaron como resultado de mecanismos de afrontamiento no saludables. Bajo esta línea los mecanismos para afrontar las dificultades de la pandemia, ansiedad por separación, duelo por la muerte, y otras afectaciones emocionales y psicológicas cobran mayor importancia para los pequeños.
Carmina González, directora de Montessori Domani, explicó para NotiPress que la ansiedad por separación sucede cuando los niños se resisten a seguir el proceso de independencia de figuras con las cuales establecieron vínculos fuertes. Entre los motivos puede encontrarse pensamientos catastróficos sobre daños a a la vida de los seres queridos o ellos mismos. La pandemia generó temor, incertidumbre, enojo, y diversos factores de estrés debido a la falta de libertad para transitar por la vida sin cubrebocas y otras restricciones sanitarias.
El miedo por el contagio y saber de contagios en personas cercanas incrementaron esos malestares, tanto en adultos como niños. Además de la falta de comunicación sobre los efectos de dichos factores en la salud, la falta de contacto directo y presencial por las normas sanitarias puede generar más afectaciones. “A nosotros nos cuesta trabajo no ser tan expresivos en la demostración de afecto; nuestra cultura, como latinoamericanos, nos caracterizamos por ser personas de contacto”, agregó Ramírez.
En el caso de los pequeños, la tristeza por la muerte de un ser querido genera síntomas de pérdida del apetito, pesadillas, fatiga y falta de iniciativa para realizar sus actividades cotidianas. Como manera de abordar el problema se debe hablar claramente con ellos, destacando las experiencias positivas y negativas, pero sin disfrazar lo ocurrido. Cuando se trata de niños pequeños, especialmente hasta los 6 años, las personas que están a cargo de su cuidado y educación suelen disfrazar la noticia de la muerte. Desde versiones como “se fue de viaje” o “está dormido”, si bien estas historias pueden tener la intención de protegerlos, no es el mejor curso a seguir según la especialista.
Facilitar las redes de apoyo es clave para trabajar con el duelo y evitar el desarrollo de síntomas que puedan orillarlos a situaciones más delicadas en el futuro, como el suicidio. Para estas redes es importante el acompañamiento positivo y la capacidad de ofrecer psicoterapia en casos donde se considere pertinente para la salud mental de los pequeños. Por medio de actividades creativas y recreativas pueden mejorar su duelo y generar neurotransmirores para su bienestar, como las endorfinas.
Ejemplos destacados por la experta de Montessori Domani incluyen redactar una carta hacia la persona fallecida, y realizar un paralelo entre la muerte y el ciclo de vida de una planta.
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