POR MARCO A. ROMERO SARABIA
En medio de un clima nacional generalizado de ánimo, entusiasmo y confianza por la batalla contra la corrupción que ha emprendido el Gobierno de México, aún hay lugares en donde parece que no han entendido la nueva realidad.
A pesar de que el alcalde de Benito Juárez, Santiago Taboada, se defendió en campaña de las acusaciones contra sus antecesores diciendo que gobernaría de forma distinta, da la impresión de que todo resultó ser una gran simulación. Las mañas parecen ser las mismas.
El pasado martes 12 de febrero, las y los vecinos de Benito Juárez despertaron con una de las tantas noticias a las que lamentablemente los han acostumbrado las autoridades. El diario El Financiero, a quien nadie podría tachar de ser parcial, informó que la alcaldía de Benito Juárez adquirió a finales de 2018 vehículos, supuestamente destinados para labores de seguridad, con sobreprecios escandalosos que superaron hasta tres veces su valor original.
Como estampa: por camionetas modelo Nissan NP 300 que en agencia tienen un valor de 350 mil pesos, la alcaldía pagó un millón 300 mil 619 pesos. Por vehículos de la marca Ford Fusion, la autoridad pagó 1 millón 450 mil pesos por unidad, cuando el precio real de mercado es de 559 mil pesos. Corrupción descarada y flagrante que sigue lastimando la dignidad de quienes depositaron su confianza en una opción política que les prometió erradicar las prácticas con las que hoy se desempeñan.
Como contraste y atisbo de esperanza para la población de la demarcación y toda la capital, el Gobierno de la Ciudad de México, de la mano de la Secretaría de Finanzas, presentó en la semana el “Tianguis Digital”, cuyo principal objetivo será promover la transparencia en las compras que realice el Gobierno. En ella podrán consultarse, también, el padrón de proveedores del gobierno, así como precios y productos que ofrecen. Además, ayudará en un futuro a reducir el tiempo en que se realizan las adjudicaciones.
Es decir, saldrán ganando las empresas que deseen competir en igualdad de oportunidades, el gobierno podrá ahorrar dinero, y los ciudadanos tendrán acceso total a información que desde hace mucho tiempo debió de ser pública.
Un ejemplo nacional e internacional de transparencia que contrasta por mucho con quienes siguen enriqueciéndose y haciendo negocios al amparo del poder a costa de la pobreza y falta de servicios de la población. Hay quien dice que las comparaciones son odiosas, pero con ejemplos como éste queda muy mal parado el gobierno de la Alcaldía de Benito Juárez, que parece estar dispuesto a todo menos a acabar con las prácticas que tanto daño han hecho a la demarcación, la capital y el país.
Está a tiempo de cambiar, alcalde Taboada. El pueblo se cansa de tanta pinche transa.
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