Nueva ciclovía de Patricio Sánz: Un recorrido inseguro, de obstáculos, hoyos y cruceros peligrosos
Con una inversión de más de 145 mil pesos por metro lineal, según información de la DBJ, el carril para bicicletas –en realidad compartido con vehúclos de motor– tiene más de 100 baches y está mal señalizado, además de que continuamente es obstruido, lo que pone en evidente riesgo a los usuarios.
Por Mariana Malagón
La construcción de las doce ciclovías que en noviembre de 2015 anunció el jefe delegacional Christian von Roehrich, consistió en el balizamiento de las vías para delimitar el carril compartido, la colación de vialetas, así como la instalación de señalización vertical, que representó una inversión aproximada de 145 mil 833 pesos por metro lineal, de acuerdo con informes oficiales.
De acuerdo con el director de Servicios y Mantenimiento Urbano en BJ, Alberto Islas Labastida, la infraestructura ciclista que se implementó es compartida, que da “prioridad” al ciclista, pero en caso de que exista un aforo vehicular mayor el automovilista también podrá circular por el carril delimitado.
En un recorrido realizado por Libre en el Sur en la ciclovía de Patricio Sanz -de Viaducto a Circuito Interior-, se pudo constatar que dado que la ciclovía únicamente está definida con vialetas, algunos automovilistas invaden el carril compartido, a pesar que el flujo vehicular sea bueno y que circulen ciclistas, sin dejar alternativa a éste, además de poner en riesgo su vida, ya que el automóvil pasa muy cerca de ellos.
Desde el anuncio de la implementación de las ciclovías, la seguridad de los ciclistas quedó en duda. Posteriormente se informó que la Delegación ejecutaría una infraestructura compartida debido a la amplitud de las vías secundarias que se intervendrían y para evitar que el tránsito se convirtiera en una problemática, según explicó Islas Labastida.
Ni la Secretaría de Medio Ambiente (Sedema) ni la de Movilidad (Semovi) y la Dirección General de Prevención del Delito y Protección Civil de BJ, pudieron responder los cuestionamientos con relación a las medidas de seguridad en las nuevas ciclovías. Por su parte, Islas Labastida aseguró que con el hecho de construir las infraestructura ciclista ya se “garantiza la seguridad del ciclista”.
Sin embargo, a lo largo de los cuatro kilómetros que comprende el carril compartido de Patricio Sanz, el ciclista tiene que lidiar con más de cien baches. Además de cruces peligrosos en División del Norte y Félix Cuevas, donde los automóviles no utilizan las direccionales para indicar que girarán a la derecha, es decir, hacia donde se encuentra la ciclovía. Al llegar al monumento a Ricardo López “El Vate”, el ciclista debe torear a los automovilistas, sin mencionar que no hay balizamiento que indique la ciclovía ni señalización.
Desde Pilares hasta la calle Tlacoquemécatl, el ancho de Patricio Sanz “no dio” para implementar el carril compartido, éste deja de existir y sólo hay señalización vertical que indica la “prioridad” del ciclista. Lo mismo sucede en el Mercado de Tlacoquemécatl, pues los vehículos se estacionan en batería. Asimismo, de Parroquia al Circuito Interior el ciclista tiene que esquivar baches, coladeras y automóviles, así como enseres de comerciantes.
Si bien la construcción de las 12 ciclovías a cargo de la DBJ no incluía repavimentación, de Pedro Romero de Terreros a Luz Saviñón, la calle se encuentra en muy malas condiciones. Así como de José María Rico a Rodríguez Saro, donde además ya no existe el carril compartido.