POR MARCO A. ROMERO SARABIA
En la madrugada del sábado 29 de diciembre, el Congreso de la Ciudad de México (sin la presencia del Diputado Von Roehrich porque, según Reforma, se encontraba de vacaciones en Dubai) aprobó el Presupuesto de Egresos para el ejercicio fiscal 2019 que asciende a 234,016 millones de pesos, el cual comprende las previsiones para las Alcaldías, Dependencias y Órganos Desconcentrados, Entidades, así como Órganos Autónomos y de Gobierno.
Este Presupuesto de Egresos tiene como base los principios de eficiencia, racionalidad y austeridad, y como funciones prioritarias las siguientes: Justicia, Asuntos de Orden Público y Seguridad Interior, Vivienda y servicios a la comunidad, Salud, Educación, Protección Social y Transporte.
Para el caso de la Alcaldía de Benito Juárez, a pesar de la intención (contraria a las políticas de austeridad en el ejercicio del gasto) del Alcalde Santiago Taboada de obtener un presupuesto mayor a los 3,000 millones de pesos (mismo que incluía alrededor de 1,000 millones de pesos para mantenimiento de calles), el presupuesto aprobado para 2019 fue de 2,253.81 millones de pesos (sin contar los recursos auto generados que se estiman en 70 millones de pesos).Esto representa un incremento de 1.5% respecto al presupuesto de 2018.
En la tabla siguiente se puede observar que Benito Juárez no fue la alcaldía con menor incremento presupuestal como se afirmó en la última sesión del Concejo y diversas publicaciones en redes sociales.
En el mismo sentido, en la siguiente gráfica, se pueden observar los presupuestos aprobados para la Delegación/Alcaldía Benito Juárez para el periodo 2015-19 y se aprecian los incrementos constantes (superiores a la inflación).
La realidad es que, a pesar de los aumentos en los Presupuestos de Egresos para Benito Juárez, la demarcación continúa con altos niveles de inseguridad, servicios básicos deficientes y corrupción rampante. Como la experiencia lo reafirma, de nada sirve un presupuesto generoso si presiste un gobierno vicioso.
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