La reelección debe verse como un derecho de los votantes a hacer una evaluación sobre el trabajo que desempeñaron las personas que fueron electas en un primer momento.
POR LETICIA VARELA MARTÍNEZ
Recuerdo que en mis clases de Historia de México donde aprendíamos acerca de la Revolución Mexicana, una de las frases con las que yo identificaba a Francisco I. Madero era la de “Sufragio efectivo, no reelección”.
Aquella demanda de no reelección llevaba destinatario cierto y conocido: el General Porfirio Díaz, con más de tres décadas ocupando la Presidencia de México. A más de un siglo de dicha consigna revolucionaria, y teniendo como antecedente directo la reforma constitucional del artículo 59 del 10 de febrero de 2014 que introdujo la posibilidad de la reelección legislativa, es tiempo de hacer una revaloración de dicha herramienta para la democracia representativa.
Una parte importante de una carrera política es la de ganar elecciones. En nuestro sistema político electoral es común observar que los distintos perfiles políticos en una elección aparecen en la boleta electoral como candidatos a un cargo de naturaleza legislativa en lo local y tres años después aparecen en la boleta de la elección federal o candidateados para un cargo que implica funciones ejecutivas, o viceversa.
Y lo anterior debe de verse desde dos enfoques, la fetichización del poder no justifica el ejercicio del poder como única cosa a qué aferrase, entiéndase por esto el “chapulinismo” político. Por otro lado, estoy cierta de que el ejercicio del servicio público debe tender hacia la profesionalización. Nadie nace sabiendo ser Diputada, pero el mantener una relación directa con la ciudadanía que nos dio la oportunidad de ser sus representantes, el estudio constante, el esfuerzo cotidiano, el recabar y acompañar ya sea a través de productos legislativos o gestiones gubernamentales las necesidades de la ciudadanía, lleva por sí mismo un valor agregado, no para el representante popular, sí para la ciudadanía que ha sido bien representada.
Así que para la próxima elección seguramente veremos algunos nombres conocidos buscando la reelección, y repito, no se debe de ver como un derecho político activo para los que actualmente desempeñan una actividad emanada del voto popular, sino como el derecho de las y los votantes a hacer una evaluación sobre el trabajo que desempeñaron las personas que fueron electas en un primer momento. Por tales argumentos mi voz es en pro de la evaluación directa por parte de la ciudadanía acerca del desempeño de los cargos de elección popular.
Leticia Varela es diputada local de Morena por las alcaldías Benito Juárez y Coyoacán.
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