“Si existiera una mayor conciencia para castigar sin miramientos, el real problema de Morena para la selección de su candidato a la Jefatura de Gobierno no debería ser el de su pugna interna sino el del costo político: la derrota”.
POR FRANCISCO ORTIZ PARDO
Itzel es una vecina de Mixcoac que se ha comprometido con la comunidad sobre todo cuando se trata de los temas de la sustentabilidad y la legalidad electoral. Indignada por el basural producido por las corcholatitas de Morena con una propaganda ilegal que el Instituto Electoral de Ciudad de México había ordenado a las alcaldías retirar. Incipiente la acción de las autoridades locales al respecto, pues el IECM ha informado que solo la alcaldía Álvaro Obregón cumplió en tiempo y forma con la obligatoriedad, la vecina dedicó algunas horas al día, durante tres semanas, que le robó a sus propias labores de madre y de abogada. Recorría diariamente el Eje 7 Sur Extremadura y Félix Cuevas, porque cuando una tarde había retirado decenas de mantas y carteles a la mañana siguiente los promotores electorales ya habían repuesto en postes y muros las caritas de Omar García Harfuch y Clara Brugada.
El ejemplo de Itzel fue parte de la inusitada espontaneidad en esta alcaldía Benito Juárez, donde desde el oriente hasta el poniente aparecieron brigadas para hacer lo mismo, cuya labor solo era constatable porque repentinamente el mobiliario urbano aparecía liberado de los políticos. “A ver quién se cansa primero”, sostenía la vecina de Mixcoac, que varias veces se hizo acompañar por su hija de 12 años de edad, a la que quiere dejar un legado de rectitud y civismo. En las campañas de limpia, donde se juntaron miles de panfletos y lonas, tuvo un papel sobresaliente la vecindad de San Lorenzo Xochimanca, en la alcaldía Benito Juárez, compuesta de habitantes originarios, artistas y profesionistas que se sumaron al quehacer, a una suerte de resistencia cívica que clama por la honestidad.
Lamentablemente hay otras personas cuya alta cultura no embona con la congruencia sino que se pierde en la subordinación a una supuesta transformación que cada vez queda más trunca, si no es que como una farsa. Ellas mismas acusan las faltas del PAN, no necesariamente falsas, pero en este comportamiento cínico de Morena es escandaloso su silencio de la misma forma que la quietud ante cualquier movilización contra las políticas depredadoras del gobierno capitalino, como la pretensión de imponer un pozo de extracción de agua en el Parque de San Lorenzo, que es una joya de la ciudad.
Actores de Morena se han infiltrado en algunos movimientos vecinales para simular un apoyo que luego, habida cuenta de que reciben línea de un partido que no da margen a la libertad individual, terminan por ser desvelados en su intención por defender a funcionarios del gobierno en la desesperada operación por evitar que la oposición le arranque la Jefatura de Gobierno en el 2024. Líderes juarenses de Movimiento Ciudadano han despertado el recelo de estas personas, que temen que esa fracción del electorado que no está con el PAN pase del guinda al anaranjado. Lo cierto es que la presencia de MC ha sido elocuente en los últimos días: Dio apoyo legal a los vecinos de San Lorenzo en contra del pozo hidráulico, se ha sumado a la lucha de los vecinos de la colonia del valle para defender árboles en riesgo por la vorágine inmobiliaria en la Cerrada de Eugenia, y ha interpuesto denuncias ante el IECM por el dispendio ilegal de recursos en propaganda electoral. Decirlo no es exaltación sino simple enunciación de lo que los políticos deberían hacer siempre que pretendan ser aliados de una comunidad.
Pero hoy como ayer, ni en BJ ni en el resto de las demarcaciones las causas ciudadanas son prioridad, pues se ajustan a los intereses de los partidos políticos, donde los chapulines abundan. Los principios en favor de la democracia, la libertad de opinión, la defensa del medio ambiente, tienen sus variantes conveniencia de quien lo sostenga. La corrupción siempre es del otro, no de todos. Y en esta disputa adelantada de elecciones ya asoma de nuevo la polarización donde los únicos perdedores en una comunidad son los de a pie. Los periodistas somos estigmatizados por quienes suponen que la ideología conlleva una superioridad moral que no puede ser cuestionada ni en su práctica. Si antes éramos respetados como críticos, hoy somos considerados haters, donde el futuro es trazado por la ignorancia.
Si existiera una mayor conciencia para castigar sin miramientos, el real problema de Morena para la selección de su candidato a la Jefatura de Gobierno de Ciudad de México no debería ser el de su pugna interna sino el del costo político –la derrota—frente a su burla y su dispendio. Las promesas, como siempre, serán incumplidas. Y en lugar de un cambio de paradigma en la forma de gobernar, por ejemplo garantizando el derecho humano al agua sin dañar a la humanidad con más sobre explotación del acuífero, se seguirán canjeando engaños por votos hasta que no lo quede casi nada a los tataranietos.
La esperanza, como sea, está en personas como Itzel y su niña, los vecinos comprometidos de Tlaco y los muchos anónimos que salieron a las calles a retirar la basura electoral. Cada quién sabe si tiene autoridad moral para quejarse. Pero conmigo que ni lo intenten.
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