“No es fácil recorrer el mundo en una noche. Además, ya están viejos. Y eso de viajar en caballo, camello y elefante pues no es muy rápido ni eficaz, que digamos”.
POR GERARDO GALARZA
Los Santos Reyes existen.
Falso que sean los papás.
Lo digo yo que lo sé.
Yo los he visto las noches del 5 de enero.
Nadie me lo contó.
Lo viví; lo he vivido.
¿Cómo podría olvidarlo?
Nunca, si es una forma de ser.
Una forma de sentir.
Una forma de trascender.
Una forma de egolatría.
Los magos reyes fueron unos ególatras.
Los reyes magos son ególatras.
Bueno, tal vez sólo son egoístas.
En la realeza también hay diferencias.
Faltaba más.
Regalan regalos para regalarse a sí mismos.
No hay rey mago más orgulloso
que el que regaló lo que de él esperaban.
¡Pinches reyes magos!, dijo mi amigo El Cuquis.
(Y eso que a él le traían mucho de lo que pedía)
Y sí, pinches reyes que necesitan dinero.
¡Carajo!
Tan sencillo que es tener todos los regalos
y todos juguetes para todos los niños.
¡Para eso son magos!
¡Pinches santos reyes!
¿Qué no entienden?
No, no lo entienden.
Yo tampoco lo entendía.
Lo entendí una noche del 5 de enero
cuando supe que no vendrían.
Pero también supe que tenían que llegar.
Había quiénes los esperaban.
¡Cabrones, y ustedes no iban a llegar!
Pues, ¡qué poca madre tienen!
Entonces, entendí.
Entendí que los Santos Reyes siempre llegan.
Llegan siempre.
Sí.
Los de a de veras.
Siempre.
Sólo es cosa de portarse bien.
Nada más.
Bueno, también hay que escribirles una carta.
Si no hay respuesta, pues fue…
por falta de tiempo, también de regalos;
se les acaban.
No es fácil recorrer el mundo en una noche.
Además, ya están viejos.
Y eso de viajar en caballo, camello y elefante
pues no es muy rápido ni eficaz, que digamos.
Y, que se sepa, no tienen ayudantes directos
como Santa Clós.
Bueno, debo decir: hace muchos años
supe que soy ayudante de los magos de Oriente.
Y aprendí a hacer magia,
sin monedas ni billetes.
Entonces comprobé
que los Reyes Magos sí existen,
que recorren el mundo la noche
de cada 5 del enero.
Siempre.
Aunque ya estén viejos y cansados.
Debe haber quien les ayude.
Hay niños en el mundo que creen en ellos.
En nosotros.
¡Carajo!
No se les puede fallar.
La magia está viva.
Nada mejor que la sonrisa de un niño.
Por eso los Reyes Magos existen.
Deben existir.
Esta mañana se verá en las sonrisas de los niños.
Lo demás, perdón, vale madres.
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