La modalidad de las terrazas, espacios abiertos que ofrecen servicio de restaurante o cafetería, se incrementa en Benito Juárez en la insólita confluencia de la pandemia con el otoño, la estación dorada del año. Presentamos el siguiente relato con una galería de fotos.
STAFF / LIBRE EN EL SUR
El otoño nos pilló esta vez en contingencia sanitaria por la pandemia del Covid-19 y, lejos de constituir una calamidad, se manifiesta en las calles de las colonias juarenses como una nueva modalidad culinaria: los espacios abiertos en banquetas e incluso en el arroyo vehicular mismo, que cede uno de sus carriles ante la contingencia.
Y así, diferente, nuestra alcaldía permite disfrutar sus muchos encantos no obstante las restricciones obligadas por la contingencia sanitaria, como es la necesidad de usar la mascarilla y conservar la distancia social con nuestros semejantes. Por lo demás, como dice el refrán, en la variedad está el gusto. ¡Todo consiste en saber adaptarse!
Terrazas y más terrazas se han multiplicado como hongos por todos los rumbos de la Benito Juárez, lo mismo en el norte que en el sur, en el oriente que en el poniente.
En un recorrido, Libre en el Sur constató la proliferación de restaurantes con terraza al aire libre en colonias como San Simón (La Oaxaqueña, El Sonorense, Los Sopes de la 9); Tlacoquemécatl (Fonda Margarita, Los Chamorros de Tlacoquemécatl, Clip); Actipan (La Casa de la Yeya, Las Buchonas y el Taco Indio, sobre el arroyo de Parroquia); Del Valle Sur (El Hostal de los Quesos) o Nochebuena (Palikari, comida griega).
Sobre Insurgentes Sur, frente al Parque Hundido, está la marisquería sinaloense El Maviri y la taquería Taco Naco, que han acomodado mesas en la banqueta, así como el Taquearte, en la esquina de Carolina y Porfirio Díaz de la colonia Nochebuena, que de plano han hecho sendos “corrales” de madera sobre el carril que antes se ocupaba como estacionamiento de ambos en ambas calles.
Se observa, lo mismo en Narvarte que en la colonia Álamos o en San Pedro de los Pinos, una gran variedad de formas, materiales y recursos con los que se han acondicionado los espacios callejeros, incluidos en ocasiones los estacionamientos de los propios restaurantes o lotes baldíos vecinos… y hasta los camellones de enfrente.
En casi todos los casos se colocan mesas cuadradas como para cuatro comensales y por lo general se usan manteles. Algunos ponen sombrillas para evitar el sol o la lluvia y otros de plano han instalado techos o “carpas” de lona o plástico como una ampliación de su local.
También hay quien coloca especies de palapas de palma o diversos adornos, como jardineras, macetas y farolitos, en torno del comedor. Una norma que se cumple cabalmente en todos los lugares es la toma de temperatura y el suministro de gel antibacterial para las manos a los parroquianos, en cuanto llegan. La modalidad “para llevar” ha cobrado un verdadero auge, para lo cual los restaurantes se las ingenian en el diseño y la adaptación de los empaques correspondientes. También hay modalidades especiales como es el caso de la Fonda 99.99 de la calle de Moras, donde los pedidos se toman y se entregan en los autos que forman en segunda fila sobre el arroyo.
En cuanto a las cafeterías, además de los establecimientos de cadenas como Starbucks, se mantienen muchos de los lugares que se han vuelto ya tradicionales y han surgido otros que ahora ocupan aceras, espacios libres y aún arroyos vehiculares. Al oriente de la demarcación hay lugares como el Café Son y La vida en Crepa, en la colonia Moderna, y el Coffee Cow, en la Villa de Cortés. Registramos en Del Valle Norte el Café D, en la Glorieta Mariscal Sucre con su kiosco francés, y zonas como la calle Matías Romero en sus inmediaciones con Adolfo Prieto y Roberto Gayol, en Del Valle Centro, como Artemisa, Tinto Café y Nómada, entre otros. El Village Cafe, en la Nochebuena, tiene el privilegio de la vista frente al Parque Hundido…
En Del Valle Sur está el Muguet con sus mamparas especiales entre cada mesa y en Galerías Insurgentes los famosos Bisquets de Obregón (Galerías Insurgentes). El Sanborns de Tlacoquemécatl ocupa una buena explanada libre, con jardineras, adyacente a su unidad, que le da un toque muy chic. Y en la Nápoles está la legendaria nevería Chiandoni, con mesas en la banqueta de la calle de Pensylvania.
Están también los cafés de Tlaco, que ya de por sí tenían terraza. Y La Parroquia, en la explanada de Wal-Mart Félix Cuevas; El Globo y el Jekemir sobre Parroquia, en Actipan, y el Café del Sur, frente al Parque de la Bola de San José Insurgentes.
Por lo general, y esa es la gran ventaja, estos establecimientos han sido acondicionados con buen gusto y materiales de calidad, de modo que se suman a un paisaje urbano muy otoñal, grato, con una tenue añoranza a las plazas provincianas, las rúas parisinas y la rivera del Sena o las ramblas catalanas de Barcelona…
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