Ciudad de México, septiembre 19, 2024 11:39
Dar la Vuelta Opinión

DAR LA VUELTA / Llegaron las anheladas lluvias

Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores.

Hasta principios de septiembre de este año, se contabilizaban 5 mil 587 árboles caídos… y la temporada de lluvias todavía no termina.

POR ERNESTO LEE

Después de meses de intenso calor, por fin llegaron las lluvias. El calentamiento global nos trae cada año temperaturas más elevadas, más propias del trópico que del altiplano.

En las grandes ciudades, como la Ciudad de México, los edificios con fachadas de cristal reflejan los rayos del sol e incrementan la sensación de calor, las calles pavimentadas también contribuyen a aumentar la temperatura. Este 2024, en la Ciudad de México se rompieron récords pues sobrepasamos los 34º Centígrados a la sombra, en el exterior la sensación era superior.

Pero llegaron las lluvias a nuestra CDMX y con ellas el descenso de la temperatura y también una mejor calidad del aire. Aunque también llegaron los “encharcamientos”, como los llaman eufemísticamente las autoridades para no decir que eran francas inundaciones.

Este año, a consecuencia de las lluvias torrenciales, el número de árboles caídos y zonas inundadas, con lamentable pérdida de vidas humanas en algunos casos, también se han superado.

El Heroico Cuerpo de Bomberos de la CDMX reportó 5 mil 509 árboles caídos en 2022; 6 mil 34 en 2023 y hasta principios de septiembre de este año, se contabilizan ya 5 mil 587, pero la temporada de lluvias todavía no termina… Algo similar sucede con las inundaciones y vehículos varados, se extienden a diferentes zonas de la ciudad. Hemos visto imágenes inverosímiles de autos que, arrastrados por la corriente, terminaron en lo alto de la reja de una casa a más de dos metros de altura.

Y como cada año, volvemos a preguntarnos ¿por qué la gente tira basura en las calles? ¿se les olvida que la basura se acumula y tapa los desagües y coladeras? Pues sí, se nos olvida. No obstante que las principales calles se barren y limpian con alguna frecuencia (de manera muy keynesiana, por cierto), el personal de limpia, esos trabajadores, hombres y mujeres con overoles verde fosforescente, que a veces nos encontramos por las calles y avenidas, no es suficiente.

Un vecino, por ejemplo, nunca barre el frente de su casa. Todas las hojas de los árboles y demás basura que cae frente a su propiedad permanecen en la acera y en la calle. Esa basura se la lleva poco a poco el aire y los pasos de los transeúntes y mucha de ella va a parar a la coladera, que eventualmente se tapará y provocará un encharcamiento.

Seamos responsables, todos podemos contribuir, no tiremos ningún tipo de desecho en las calles. Es por nuestro propio bien.

Compartir

comentarios

Artículos relacionadas