Ciudad de México, octubre 18, 2025 01:06
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España dice adiós a la Ley de Nietos: mexicanos entre los que más solicitaron nacionalidad, incluida Gutiérrez Müller

876 mil solicitudes presentadas en el mundo, sin desglose por país.

La esposa de López Obrador solicitó la nacionalidad pese a sus críticas a la Corona.

STAFF / LIBRE EN EL SUR

Cuando el 22 de octubre de 2025 se cumpla el plazo final, terminará la ventana para que hijos, nietos y algunos bisnietos de españoles puedan optar por la nacionalidad de origen amparados en la Ley de Memoria Democrática, más conocida como la Ley de Nietos.

La disposición fue creada para reparar la pérdida de nacionalidad sufrida por quienes huyeron del país durante la Guerra Civil y la dictadura franquista, extendiendo el derecho a sus descendientes nacidos fuera de España.

El mecanismo abrió un corredor transatlántico de identidad. En consulados de América Latina se formaron filas interminables; familias enteras escarbaron archivos parroquiales y notariales en busca de un abuelo emigrante.

La ley no solo es jurídica, también emocional: permite a millones de descendientes reconciliarse con un pasado truncado por el exilio.

El texto legal —Ley 20/2022, de Memoria Democrática— entró en vigor en octubre de 2022 con un plazo de dos años, prorrogado hasta octubre de 2025 ante la avalancha de solicitudes.

Según el Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática, 876,321 personas han presentado expediente en consulados de todo el mundo; cerca de 240,000 ya recibieron la nacionalidad española. Argentina, Cuba y México encabezan la lista de demanda, aunque las cifras por país siguen siendo confidenciales.

En México, la Ley de Nietos despertó un eco particular: miles de ciudadanos con raíces españolas acudieron a los tres consulados —Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey— para iniciar el trámite. Un corte oficial de abril de 2023 registró 3,450 solicitudes mexicanas y 1,659 expedientes inscritos en los registros civiles consulares, apenas una fracción de lo que se estima hoy.

El gobierno español no ha vuelto a publicar cifras desagregadas, de modo que el número real de mexicanos que obtuvieron o tramitan la nacionalidad se mantiene en la sombra. Aun así, fuentes diplomáticas reconocen que México se ubica entre los tres países con más peticiones, junto a Cuba y Argentina.

El retraso en los consulados ha sido notorio: demoras de meses, falta de citas y una avalancha de documentos apostillados saturaron los sistemas. Sin embargo, el interés no disminuye. Para muchos solicitantes, no se trata solo de obtener un pasaporte europeo, sino de restituir una herencia interrumpida.

Beatriz Gutiérrez Müller: entre la crítica y el trámite

En ese contexto, un nombre sobresale: Beatriz Gutiérrez Müller, escritora, académica y esposa del expresidente Andrés Manuel López Obrador, solcitó la nacionalidad española al amparo de esta ley. La noticia generó controversia: una figura cercana al poder mexicano que, años atrás, acompañó la exigencia de disculpas a la Corona española por la Conquista, ahora buscaría formalmente ser súbdita del mismo reino.

Ella no habría alcanzado ‘ficha’ de no ser porque el gobierno otorgó la prórroga maracada por la ley, de un año más, loque le posibilitó aspírar una vez que López Obrador dejó la Presidencia.

Los reportes publicados en Libre en el Sur indican que Gutiérrez Müller ascendencia española por ambas líneas familiares —catalana y castellana—, lo que la hace elegible bajo la Ley de Memoria Democrática. Ella misma reaccionó en mayo de 2025: “Yo vivo en nuestro bello México”, escribió en redes sociales, negando intenciones de mudarse, aunque sin desmentir la solicitud.

El gesto resulta paradójico: quien desde el discurso cultural promovió una distancia con España podría jurar fidelidad al rey como parte del procedimiento de nacionalización. Una ironía que resume la propia complejidad de la ley: memoria, reparación y pertenencia se entrelazan con política y símbolo.

La Ley de Nietos ha devuelto el apellido y la ciudadanía a cientos de miles de familias, pero también ha dejado claro que la memoria es un territorio administrativo. El cierre del plazo en octubre de 2025 pondrá fin a una de las políticas de reparación más amplias en la historia contemporánea de España.

Para México, el balance es doble: un número indeterminado de compatriotas habrá conseguido formalizar su vínculo histórico con la península; otros quedarán varados en la espera burocrática. Entre tanto, la figura de Gutiérrez Müller —con toda su carga simbólica— encarna la contradicción entre crítica y pertenencia: la española que reniega de España y la mexicana que busca serlo.

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