FEBRERO LOCO… DE AMOR / El amor en tiempos de radio
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Locutor del amor. Foto: Especial
“Había ganado un panqué en forma de corazón, porque el premio se trataba de celebrar el Día del Amor y la Amistad. El locutor se despidió de mí y me pidió que no colgara para que me tomaran mis datos”.
POR LETICIA ROBLES DE LA ROSA
Cuando las redes sociales y el streaming no eran parte indispensable de la cotidianidad, la radio era el medio de comunicación por excelencia para hacer comunidad, con la música como columna vertebral.
Recuerdo que en mi niñez y adolescencia, Radio Variedades, del grupo Radio Centro, era la estación más famosa, porquedividía el día en horas dedicadas exclusivamente a un cantante, como La Hora de Juan Gabriel, o a bloques de música de un solo género, como La Hora del Rock and Roll, o de un solo tipo de canciones, como La Hora de los Enamorados.
Pero también era muy famosa, porque en diferentes momentos del día hacía concursos para que el público pudiera ganarse un disco, vasos, o calcomanías de los artistas de moda. La mayoría de las ocasiones se trataba de votar por opciones de canciones y, por eso, cuando el locutor contestaba la llamada decía: “¿sí? ¿por quién vota?”.
Desde los primeros días de febrero de 1982, Radio Variedades hacía la promoción de los concursos que iba a tener por el Día del Amor y la Amistad y anunciaba que los regalos iban a ser muy buenos. Por lo regular, sus líneas telefónicas, que entgonces eran la única vía de comunicación con el locutor, estaban saturadas.
Una tarde, después de regresar de la Prepa 2, donde estudiaba, escuché que el locutor anunciaba que las primeras cinco personas en llamar iba a recibir grandes regalos sorpresa, sin contestar preguntas ni votar por canciones; sólo por llamar.
Dejé mi mochila y gracias a la habilidad que tenía para aprender de inmediato los números telefónicos –la que he perdido con el paso de los años–, marqué de inmediato. Y mi sorpresa fue enorme cuando me contestó el locutor y alcancé a escuchar mi “hola” en la radio. Sí, había tenido la suerte de ser la primera en llamar para ganarme el premio sorpresa.
Recuerdo ese momento: estaba que temblaba de los nervios y creo que de tanta emoción sentí el primer ataque de gastritis, pues tenía una sensación de vacío en el estómago.
El locutor me preguntó mi nombre y anunció de inmediato que yo era la ganadora de tres discos que estaban rompiendo las listas de popularidad: “Quiero Ser”, el LP fenómeno de popularidad del grupo Menudo; Amanda Miguel, Sonido, Vol. 1, con sus éxitos “Así no te amarán jamás” y “Él me mentió” y el de “Estoy Vivo”, de Diego Verdaguer, donde venía su éxito “La Ladrona”.
Pero además, había ganado un panqué en forma de corazón, porque el premio se trataba de celebrar el Día del Amor y la Amistad. El locutor se despidió de mí y me pidió que no colgara para que me tomaran mis datos.
Estaba tan emocionada que celebré con un grito cuando colgué, sin importarme que a mí no me gustaba ni Menudo, ni Amanda Miguel ni Diego Verdaguer. En realidad para mí un disco de Juan Gabriel, Emmanuel, José José y Miguel Bosé hubiera sido algo maraviloso.
Pero ese día me había ganado, por primera y única vez, un premio en la radio. Me preguntaron el nombre completo y el de la persona mayor de edad que debía ir conmigo; por supuesto di el nombre de mi madre y me dieron tres días para pasar por los regalos en Artículo 123, número 90, donde estaban las oficinas de Radio Centro. Mi madre y yo debíamos llevar nuestras identificaciones. En ese año aun no existía la credencial de elector ni había identificaciones oficiales. Yo llevé mi crecencial de alumna de la UNAM y mi mamá llevó una credencial como usuaria del ISSSTE.
A veces recuerdo ese momento y pienso en la inocencia de la generación que fue adolescente en los ochenta. Uno era muy feliz con cosas tan simples. Mi madre se emocionó y al día siguiente me esperaba en el metro Aeropuerto, como se llamaba entonces la hoy estación Boulevar Puerto Aéreo, porque ahí me dejaba el camión que tomaba afuera de la Prepa 2, en Churubusco, para que nos fuéramos a Radio Centro.
Mi madre estaba muy emocionada, porque íbamos a ir a una estación de radio. Me contó que cuando era niña, en una visita a la Ciudad de México, fue con mis abuelitos a la W a escuchar cantantes como Lola Beltrán, y se habían quedado afuera para verlos salir y pedirles autógrafos. Pensamos que quizá podríamos ver artistas afuera de Radio Centro.
Pero no, no vimos ningún artista. Nos atendieron muy rápido. Me dieron mis tres LP y un panqué de naranja en forma de corazón, con letras color rosa que decía: Felíz Día del Amor.
No era la primera vez que mi familia ganaba un premio de Radio Centro. Cuando vivíamos en la colonia Michoacana, en la calle de Bondojito, era frecuente que tocaran a la puerta de mi casa y mi abuelita abriera con el frase: “yo escucho Radio Centro”.
Ganó charolas de metal; jarras y vasos de plástico; cuadernos, lápices y plumas con el logotipo de la estación, que yo presumía en la escuela como si se tratara de una reliquia.
Han pasado 43 años del febrero en que me gané el único premio en la radio, que no busqué ni esperaba, pero inevitablemente, desde entonces, para mí el 14 de febrero me remite a Menudo, a Amanda Miguel, a Diego Verdaguer y a un panqué de naranja en forma de corazón.