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POR LA LIBRE/ Andy: del desayuno… a la carta

Inocente como siempre ha sido, el hijo predilecto del expresidente no reparó en que sus siniestros adversarios mandarían hasta Japón a sus espías a fotografiarlo y acosarlo, como dice en su carta, “para así emprender una campaña de linchamiento político impregnada de odio, clasismo y calumnias” en su contra.

POR FRANCISCO ORTIZ PINCHETTI

Aunque en su carta asegura que el desayuno-bufete estaba incluido en la módica tarifa de siete mil 500 pesos por noche que pagó con sus propios recursos en el hotel Okura durante su estancia vacacional en Tokio, la verdad es que el de aquella mañana fue el almuerzo más caro de su vida.

La capital japonesa amaneció esa mañana de julio a 26 grados centígrados, preludio de un día soleado y caluroso, ideal para un tour por la ciudad, cuya área metropolitana alberga a 37 millones de personas.

El desayuno-buffet en el Okura Tokyo, un hotel Cinco Estrellas, es muy completo y ofrece una amplia variedad de opciones japonesas y occidentales. Nuestro personaje pudo por ejemplo desayunar un suculento plato de fruta y luego optar algo muy nipón como un poco de okayu o gachas de arroz con algas marinas, y de dim sum (ravioles cocidos al vapor o a la plancha rellenos de carne o verduras pequeñas, cestas de masa rellenas de cerdo y camarones, también cocidas al vapor, rollitos de carne al vapor), o de plano para no errarle, un omelete de champiñones o jamón preparado al momento, y acompañado con café o té. ¿O a poco de una mimosa?

Me parece que Andy nunca olvidará aquel desayuno.

Seguramente no imaginó que mientras, relajado y despreocupado como cualquier turista, iba de un lado a otro de la extensa barra mirando la variedad de platillos, desde algún rincón del restaurante Orchid, un sitio informal del hotel donde se sirve el buffet matutino, acechaba un espía embozado dotado de sofisticadas herramientas fotográficas enviado expresamente desde México por sus adversarios y los hipócritas conservadores que sólo suelen ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio, como apunta en su escrito de cuatro puntos.

Inocente como siempre ha sido, el hijo predilecto del expresidente no reparó en que esos personajes siniestros mandarían a sus espías a fotografiarlo y acosarlo, como dice en la carta, “para así emprender una campaña de linchamiento político impregnada de odio, clasismo y calumnias”.

Por cierto que esta vez discrepo del ínclito senador Gerardo Fernández Noroña, a quien pareció “malísima” la cartita de Andrés Manuel chico. Por el contrario, su misiva me parece muy sincera y reveladora, valiente además: escribirla fue seguramente una decisión difícil, heroica diría yo, consciente el joven y prometedor político de los efectos desastrosos que tendría para su incipiente carrera, incluido un severo –y a mi juicio injusto– regaño de la Presidenta.

Hay que entender que el secretario de Organización de Morena necesitaba aclarar las cosas. No fuéramos los mexicanos a pensar mal, que es un abusivo o despilfarrador como cualquier fifí aspiracionista de la Del Valle. Como lo escribió, requería con urgencia unas buenas vacaciones “luego de extenuantes jornadas de trabajo” (sic),  como pone en su conmovedora misiva. Tenía derecho y tenía que decirlo, por supuesto.

Y es más que comprensible su estado físico luego del esfuerzo que implicó la confección y distribución de millones de acordeones para la “elección” del Poder Judicial. No es poca cosa, por Dios.  Y de pilón tener que enfrentar los complicados comicios municipales en Veracruz y Durango, donde Morena por cierto denotó inesperada debilidad. En la entidad veracruzana perdió 71 de los 153 ayuntamientos y se quedó con sólo 82 y en Durango se le fueron 19 de 39 y salvó apenas 20.

Tal vez, como piensan algunos envidiosos, pudo escoger alguno de los choteados destinos nacionales para su descanso –¿Acapulco? ¿Cancún? ¿Los Cabos? ¿Ciudad del Carmen? ¿San Miguel Allende? ¿Morelia? ¿algún Pueblo Mágico? No manches–, pero es claro que en cualquiera de ellos podría ser descubierto por sus admiradoras y admiradores y que, como a Luis Miguel, lo acosaran con sus peticiones de autógrafos y selfies e interrumpieran su merecido solaz.  

Por cierto que en su misiva nos informa también, sin venir mucho al caso, que hizo una escala en Seattle, Washington, tal vez con la intención de dejar claro que no tiene ningún impedimento para entrar a los Estados Unidos. Por si alguien suponía  lo contrario.

Desmiente López Beltrán que haya viajado en un avión privado o del Ejército (¡a quién se le ocurre!) y que por eso tiene sus propios centavos, qué caray, aunque no dice de a cuanto fue el vouchersazo. Un cálculo que publicamos en Libre en el Sur con base a las tarifas oficiales de líneas comerciales como las que dice haber usado, indica que un viaje redondo  México-Tokio, sin la escala adicional en Seattle, cuesta entre 35 mil y 45 mil pesos mexicanos, en una clase estándar, que a lo mejor para quién es le parecería poco.

Muy amablemente nos aclara en cambio que no se hospedó en “un hotel” de 50 mil pesos por noche, como dicen sus malquerientes, sino en un modesto albergue de siete mil 500 pesos diarios, con desayuno incluido.

En el hotel Okura Tokio, donde fue fotografiado por los malosos espías, la tarifa mínima publicada supera los 15 mil pesos por noche. Suponiendo, como es muy probable en tratándose de él, que  los gentiles hoteleros japoneses le hayan dado un descuentazo del 50 por ciento, una estancia de dos semanas a razón de siete mil 500 pesos, si Pitágoras no era peluquero, suma 105 mil pesos.

No refiere el funcionario de Morena –quizá lo olvidó– cuánto destinó a las comidas o cenas que suponemos hizo en el mercado público o cuando mucho en un Vips japonés, ni a los paseos en autobús por la capital de Japón y otras ciudades de aquel país maravilloso, ni a los regalitos y suvenires infaltables para llevar a la familia y los amigos. El costo total aproximado de un viaje de 15 días a Tokio, siguiendo el perfil de alojamiento y actividades descritas, se situaría con todo y todo entre los 288 mil 179 y los 308 mil 179 pesos mexicanos, que suena muy razonable para el nivel de alguien como el joven tabasqueño. Esta banda de precios, si bien es una estimación, proporciona una visión clara del nivel de gasto que implica un viaje de estas características, que de entrada nos aclara –y qué bueno– que cubrió con sus propios recursos.

Que para eso trabaja hasta extenuarse, carajo.

En cambio nos hace recordar a su señor padre, lo que me parece muy pertinente, cuando afirma rotundo: “No me extraña la agresividad del hampa del periodismo que es equivalente a la perversidad de la mafia del poder económico y político al que desde hace décadas hemos venido enfrentando, pero sí me importa que la gente que tiene confianza en nosotros no dude de nuestros principios y valores”.

Por si quedara duda alguna, aclara finalmente que ellos no son iguales (aunque no dice a quién) y que desde chiquito aprendió a ser y vivir humildemente. “Nosotros no somos corruptos –pone–, y en mi caso desde niño aprendí, posiblemente antes que otros, que el poder es humildad, que la austeridad es un asunto de principios y que se debe vivir en la justa medianía, como lo recomendaba el presidente Juárez…”

El remate es absolutamente genial:

“En consecuencia, jamás olvidaremos hacer de nuestra vida pública una línea recta y seguiremos el ejemplo de nuestra presidenta Claudia Sheinbaum Pardo de no mentir, no robar y no traicionar al pueblo de México…” Válgame.

DE LA LIBRE-TA

SOLIDARIOS. Agradezco a colegas y amigos la solidaridad que me han expresado con motivo de la agresión que sufrí por parte de allegados Al partido Movimiento Ciudadano (MC) por defender la libertad de expresión de los defensores del árbol Laureano. Gracias de mi parte… y del formidable laurel centenario, mi vecino. Vale.

@fopinchetti

(publicado originalmente en SinEmbargo.Mx)

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