‘Combate de flores’: de cómo se festejaba la llegada de la primavera en la ciudad hace 100 años
Niñas y jóvenes indígenas con trajes típicos, Xochimilco. Foto: Hugo Brehme
Existió también un festejo conocido como Combate de Flores que celebraba el inicio de la primavera y dejó de celebrarse en 1920. Iniciaba en el centro de la ciudad de México, por lo general en la calle de Plateros (hoy Francisco I. Madero), seguía por Avenida Juárez y continuaba todo su recorrido hasta llegar a Chapultepec.
POR ADRIÁN CASASOLA
Es una época del año que, desde tiempos prehispánicos, ha simbolizado fertilidad, amor y admiración por la naturaleza y evidentemente la Ciudad de México ha sido protagonista de todo lo relacionado con celebrar a la Madre Naturaleza.
El barrio de Xochimilco, cuya etimología significa “tierra de flores” o “chinampa de flores”, ha rendido tributo desde nuestros antepasados a la deidad Xochiquetzal (flor hermosa o preciosa), símbolo de la fertilidad y el placer sexual y ampliamente asociada con la primavera. En este lugar emblemático se lleva a cabo cada año el certamen “La Flor más bella del Ejido”, el cual es un tributo a las celebraciones de origen indígena de esta estación y que paralelamente “fue creado para enaltecer la belleza mestiza de la región ejidal”.
Existió también un festejo conocido como Combate de Flores que celebraba el inicio de la primavera y dejó de celebrarse en 1920. Iniciaba en el centro de la ciudad de México, por lo general en la calle de Plateros (hoy Francisco I. Madero), seguía por Avenida Juárez y continuaba todo su recorrido hasta llegar a Chapultepec. Consistía en un concurso en el que participaban desde bicicletas hasta autos y carruajes adornados con todo tipo de flores. Las principales protagonistas eran las flores que adornaban los vehículos, los balcones y las marquesinas de los comercios de la zona, en donde resaltaban los claveles, las guirnaldas, las rosas y toda aquella flor que agregara colorido y originalidad. Al llegar a Chapultepec, todos los participantes se arrojaban flores unos a otros, dejando una alfombra multicolor que dejaba testimonio de la peculiar batalla.
Otro punto donde se realizaban ceremonias en honor a la primavera fue precisamente en la zona de Chapultepec, ya que durante el Porfiriato se ordenó limpiar y renovar el inmenso predio arbolado que hasta hoy sigue siendo uno de los pulmones más grandes de la gran metrópoli. A principios del siglo XX el ministro de Hacienda, José Ives Limantour, por órdenes del presidente Porfirio Díaz, fue el encargado de establecer un presupuesto y la coordinación de las obras que se desarrollaron para regresar la imagen majestuosa del bosque. Luego de su remodelación y teniendo siempre en mente el emular los parques europeos, el bosque fue reinaugurado con ceremonias que simbolizaban la llegada de la primavera, la naturaleza y claro está, el crecimiento económico de aquella época.
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