Ciudad de México, octubre 8, 2025 16:57
Cultura

Comunidad artística levanta la voz: exige mayor presupuesto para la cultura en 2026

El Paquete Económico reduce 17% real los recursos del sector y lo deja en apenas 0.13% del gasto total.

Alertan que el retroceso contradice compromisos internacionales y el propio Programa Sectorial de Cultura 2025-2030.


STAFF / LIBRE EN EL SUR

La cultura vuelve a ser la gran relegada del gasto público. El Paquete Económico 2026 enviado por el gobierno federal al Congreso proyecta para la Secretaría de Cultura apenas 13 mil 97 millones de pesos, lo que implica una reducción real de 17.1% respecto de 2025 y deja al sector en un nivel mínimo de financiamiento: apenas 0.13% del gasto total. Muy lejos queda el 1% recomendado internacionalmente por la Carta Cultural Iberoamericana y la Conferencia Iberoamericana de la Cultura para garantizar el derecho efectivo de la ciudadanía a participar en la vida cultural.

La contradicción es evidente: en 2023 la industria cultural mexicana aportó 2.7% del PIB y dio empleo a 1.4 millones de personas, sin embargo el presupuesto público sigue encogiéndose. Instituciones clave como el INAH y el INBAL —responsables de preservar el patrimonio y formar artistas— han sido golpeadas año con año por la austeridad. La tendencia no empezó ayer: durante el sexenio pasado los recortes fueron constantes y profundos, y el debilitamiento se volvió estructural.

El retroceso se aprecia con crudeza si se observa a largo plazo. En 2013, hace poco más de una década, la llamada subfunción de Cultura alcanzó su máximo histórico con 38 mil 821 millones de pesos. Desde entonces el recorte ha sido de 53.8%. Reducir recursos no ha significado eficiencia: ha implicado precariedad laboral, cancelación de programas comunitarios, abandono de recintos y una merma en la oferta cultural pública.

La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo ha prometido reorientar fondos para evitar un golpe mayor, pero el propio Programa Sectorial de Cultura 2025-2030 requiere incrementos sostenidos para cumplir objetivos como la preservación del patrimonio, el acceso cultural en zonas marginadas y el fortalecimiento de la creación artística. Los anuncios de “reorientación” no alcanzan a compensar una caída de este tamaño ni a trazar una ruta hacia el 1% que organismos internacionales consideran indispensable.

Frente a este panorama, artistas, colectivos y gestores culturales emitieron un pronunciamiento para exigir que el Congreso y el Ejecutivo corrijan el rumbo y garanticen un aumento progresivo y suficiente en 2026. Reclaman una política cultural que deje de ser rehén de la austeridad y se reconozca como inversión estratégica para la cohesión social, la identidad y la paz.

Entre los firmantes se encuentran organizaciones clave como la Academia Metropolitana de Teatro (AMDT), Antidogma Arte y Cultura A.C., Colegio de Productores de Teatro, Congreso Nacional de Teatro México (CONATEM), Consejo Comunitario para la Legislación de las Artes Escénicas (CCLAE), Fundar, Centro de Análisis e Investigación, Grupo de Reflexión sobre Economía y Cultura (GRECU), Movimiento Colectivo por la Cultura de México (MOCCAM), la Red de Espacios Culturales Independientes de la Ciudad de México (RECIO), El Milagro y el colectivo No Vivimos del Aplauso.

En el plano individual, destacan voces ampliamente reconocidas: Daniel Giménez Cacho, Eduardo Matos Moctezuma, Leonardo López Luján, Sara Ladrón de Guevara, Cuauhtémoc Medina, Alejandro Ordorica Saavedra, Alonso Ruizpalacios, Felipe Leal, Bolfy Cottom, Jaime Chabaud, Lorena Maza, Antonio Lazcano, Graciela de la Torre, Guilhem Olivier, Sergio Villegas, Tatiana Zugazagoitia, Silvia Dutrénit Bielous, Mónica Durán Mengual, Tania Pérez Córdova, María Minera y Sophie Alexander Katz, entre muchos otros creadores, investigadores y gestores culturales.

“La cultura no puede seguir tratándose como un gasto superfluo; es un derecho humano y una herramienta esencial para la paz social”, advierte el documento.

El llamado es urgente: si el gobierno y el Congreso no revierten el recorte, México quedará más lejos que nunca de cumplir los compromisos internacionales asumidos y de garantizar el derecho de su población a la vida cultural.

La comunidad artística advierte que mantener la cultura en los márgenes del presupuesto significa condenar al país a la precariedad creativa, el abandono patrimonial y la pérdida de espacios que sostienen la memoria y la identidad.

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