Falta el agua hasta en Viveros de Coyoacán; cierran los baños
No hay agua. Fotos: Francisco Ortiz Pardo
Asoma desde la sequía imagen de Mitikah, símbolo de la falta de la modernidad… sin sustentabilidad
STAFF / LIBRE EN EL SUR
Como si se tratara del Central Park de Nueva York, entre el arbolado de cedros y pinos, surge desde uno de los grandes prados de los Viveros de Coyoácán la imagen de la majestuosa Torre Mitikah que, según adelantó Libre en el Sur desde diciembre del 2017, habría de implicar el consumo de 211 mil litros de agua al día (2.44 litros cada segundo).
A solo unos metros de allí, paseantes y deportistas habituales se encuentran el domingo 3 –uno de los días de la semana con mayor afluencia de visitantes– ante una situación sin precedentes: Los baños de la Puerta 3 de este remanso de paz, situada en la esquina de la calle Madrid y la avenida México, no pueden acceder a los baños porque… ¡se acabó el agua!
Efectivamente, mientras el Jefe de Gobierno Martí Batres ha negado que la falta en el suministro del líquido sea crítica, y que solo se trata de un invento de la oposición, los vigilantes del sitio lo aseveran: “El agua no llega”.
La sequía se extiende a lo largo y ancho de las 39 hectáreas que componen el espacio público que administra la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales del gobierno federal. Es evidente la falta de riego.
En amplios prados donde hay pocos árboles y que son el solaz habitual de personas que se recuestan, leen, meditan, hacen prácticas de yoga o de artes marciales, el pasto cede espacio a la tierra, sobre la que los visitantes se acomodan buscando las pocas sombras.
Lo mismo que en las veredas o en el circuito de corredores, se levanta el terregal al paso y al viento mientras penetra por las fosas nasales el hedor de un contaminado Río de la Magdalena, el único “vivo” de la ciudad, que corre adyacente a Los Viveros.
Durante las más de dos décadas de existencia de Libre en el Sur, se ha alertado sobre las fugas por donde –ahora se repite– se va hasta el 45 por ciento del agua y que ninguno de los gobiernos de la llamada “izquierda” ha atendido. Tampoco se invirtió a tiempo en sistemas de captación de agua pluvial, como sí en pozos de extracción de agua del subsuelo, que provocan más hundimientos en lo que fue un lago prehispánico y sus playas.
A solo dos kilómetros de Los Viveros, en el Centro Urbano Presidente Alemán de la colonia Del Valle, el gobierno capitalino construye ahora mismo otro pozo, a pesar de todas las advertencias de los expertos de los riesgos que implicará esa sobre explotación para las siguientes generaciones, sobre todo en el caso de los sismos.
Pero por lo pronto, desde los Viveros la Torre Mitikah es imponente, allí mismo donde ya es zona sísimica, con sus cristales limpísimos y su arquitectura vanguardista. En una ciudad en que se niegan los problemas de la gente, particularmente el derecho humano al agua, y se exalta una supuesta modernidad.