Bono demográfico se extingue en México: En 10 años habrá más adultos mayores que niños

Foto: Victoria Valtierra / Cuartoscuro
La pirámide poblacional anticipa un país envejecido
El reto será sostener pensiones, salud y productividad en una sociedad distinta.
STAFF / LIBRE EN EL SUR
El Paquete Económico 2025 contiene una imagen que se ha vuelto central en el diagnóstico del futuro de México. Se trata de la gráfica de CONAPO que enfrenta la pirámide de edades de 2025 con la proyectada para 2050.
La primera conserva todavía una base de niños y adolescentes, aunque mucho más estrecha que la de décadas anteriores. La segunda, en cambio, se convierte en un rombo. Los grupos de 60 a 79 años son los más anchos. La franja de 80 y más crece hasta dejar de ser marginal. La base infantil se encoge como nunca antes.
El otro gráfico de la misma lámina lo confirma: la evolución de los grupos de edad desde 1950 hasta 2050. El azul de los menores de 12, que ocupaba casi la mitad de la superficie en la mitad del siglo pasado, se contrae hasta ser apenas un borde. El beige de los mayores de 60 se expande hasta superarlos en menos de una década. Allí se anuncia el fin del bono demográfico.
Un país que envejece a ritmo acelerado
Las cifras oficiales lo explican. En 1970, los menores de 0 a 14 años representaban el 46 % de la población. Para 2023 eran el 23 %. Los mayores de 65 pasaron de 4 % en 1970 a 10 % en 2023, según el INEGI (A propósito del Día Mundial de la Población, 2023).
La fecundidad descendió de 6.7 hijos por mujer en 1974 a 1.9 en 2020, por debajo del nivel de reemplazo (CONAPO, La situación demográfica de México 2022). La esperanza de vida aumentó de 59 años en 1970 a más de 75 en 2020 (INEGI, Indicadores demográficos básicos).
La razón de dependencia lo refleja. En 1970 había casi 100 dependientes por cada 100 personas en edad productiva. En 2023 esa relación bajó a 50. Fue la ventana del bono demográfico. Pero a partir de 2030 volverá a subir, ahora por el peso de los adultos mayores.
La ONU advierte que América Latina envejece más rápido que Europa. A Francia le tomó un siglo duplicar la proporción de personas mayores de 65. A México le tomará menos de treinta años (ONU, World Population Prospects 2022).
Pensiones, salud y mercado laboral
El Paquete Económico recuerda que los activos netos de las AFORE sumaban en junio 7.5 billones de pesos, el 21.7 % del PIB. Cifra impresionante, pero que se diluye frente al escenario de 2050. Habrá más de 40 millones de mexicanos de 60 años y más. Muchos de ellos sin pensión contributiva, pues la informalidad laboral sigue superando el 50 % de la población ocupada (INEGI, ENOE, 2024).
El sistema de salud enfrenta una presión semejante. El Instituto Nacional de Geriatría calcula que en 2050 los adultos mayores serán casi el 28 % de la población. Solo dos de cada cien médicos se especializan en geriatría (Diagnóstico del envejecimiento en México, 2022). La pirámide de CONAPO anticipa hospitales saturados por diabetes, hipertensión, cáncer, demencias y cuidados prolongados.
El mercado laboral también se estrecha. Con menos jóvenes ingresando y más adultos saliendo, la productividad dependerá de la innovación tecnológica y de la inclusión de personas mayores en esquemas flexibles. La OCDE ha recomendado a México impulsar la participación laboral de mayores de 55 años (Pensions at a Glance 2023).
Las familias tampoco quedarán al margen. Menos hijos significan menos cuidadores potenciales para más padres y abuelos. La CEPAL advierte que los hogares con menos ingresos serán los más afectados porque enfrentarán altos costos de cuidado sin apoyo suficiente (Envejecimiento, solidaridad y protección social en América Latina y el Caribe, 2020).
Una advertencia en dos pirámides
Lo que en Japón, España o Alemania ocurrió hace décadas, en México está por suceder en tiempo récord. Esas sociedades envejecieron con sistemas de salud y pensiones más robustos. México encara el mismo cambio con rezagos estructurales, baja recaudación y alta informalidad.
La gráfica de CONAPO incluida en el Paquete Económico 2025 no es un adorno estadístico. Es una advertencia visual. Una pirámide que deja de serlo y se convierte en rombo. Una base que se adelgaza y una cima que se ensancha.
En diez años habrá más adultos mayores que niños. El bono demográfico se extingue. El futuro dependerá de si el país logra anticiparse con reformas, inversiones y políticas públicas a la altura. La gráfica no muestra una hipótesis: muestra el espejo de lo que ya está en camino.