Ciudad de México, noviembre 1, 2025 15:59
Revista Digital Noviembre 2025

GARABETOS /Deshojando el cempasúchil… versión 4T

El humor que florece entre el poder y la idolatría.

En tiempos donde hasta las flores parecen tener partido, el cempasúchil también se politiza. Garabetos retrata con su trazo ácido la paradoja del culto al poder disfrazado de devoción popular. En lugar de “me quiere, no me quiere”, los pétalos repiten obedientes el mantra oficial: “me quieren, me adoran, soy la mejor con M de mujer.” La sátira se abre paso entre los tonos naranjas de la flor sagrada, como si los muertos también necesitaran una explicación ideológica para volver.

El cartón ironiza sobre esa necesidad de ser amada por decreto, de exigir admiración en vez de inspirarla. La flor de los altares se convierte en espejo de la vanidad política: un símbolo de la memoria colectiva reducido a propaganda sentimental. Garabetos no dibuja un cempasúchil cualquiera; dibuja el ego florecido de una época en la que el elogio es obligación y el humor, resistencia.

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