Libre en el Sur

Piano de amor

La música lo mantenía vivo, caminaba con dificultad por un accidente que había tenido pero recibía el apoyo de mucha gente que lo quería. Cuando yo tocaba, él repetía/cantaba cada nota con mucho sentimiento. Me corregía antes de que se hiciera costumbre el error.

POR ARANTXA COLCHERO

Teníamos un piano en casa que mi madre había heredado de su hermano. Yo siempre me sentaba a tocarlo con suavidad hasta que ella me ofreció llevarme a clases y afinarlo. Tenía como siete/ocho años. Me gustó la academia, al final del curso nos presentamos para dar un concierto para padres y maestros.

Aunque estaba nerviosa, me fue bien, varios mencionaron que yo tocaba con mucho sentimiento. Años después, tuve la fortuna de vivir con mi familia en un pueblo muy bonito al sur de Francia de los 10 a los 12 años. Una vecina que tenía un piano me permitía tocar una hora o más al día en su casa, era muy amable y eso me permitió no perder mi gusto.

Tuve un profesor de piano maravilloso, se llamaba Robert Thérond, era grande de estatura, edad y bondad. No solo era un excelente maestro, era una persona con una sensibilidad muy profunda y era muy amoroso. La música lo mantenía vivo, caminaba con dificultad por un accidente que había tenido pero recibía el apoyo de mucha gente que lo quería. Cuando yo tocaba, él repetía/cantaba cada nota con mucho sentimiento. Me corregía antes de que se hiciera costumbre el error.

Compartíamos la pasión por el piano y por la música, me ponía piezas que yo no conocía y las disfrutábamos juntos, cerrando los ojos en las partes más profundas. Él quería que yo fuera al conservatorio de Paris, eso me emocionaba muchísimo. Pero tuvimos que regresar a México y él escribió una preciosa carta al director del Conservatorio Nacional de Música dónde fui alumna por algunos años.

No encontré un profesor como él nunca más. Aunque dejé el conservatorio y por mucho tiempo no volví a tocar piano, Robert Thérond había dejado una marca muy importante en mi vida que hasta la fecha me acompaña cuando voy a una sala de conciertos o cuando intento tocas algunas notas.

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