POR FRANCISCO ORTIZ PINCHETTI
Acaban de cumplirse 10 años de la ‘milagrosa’ resurrección de El Guapo en el Parque de San Lorenzo de Tlacoquemécatl. El enorme pirul se vino espectacularmente a tierra víctima de los aguaceros de aquel verano de 2009 que reblandecieron la tierra. Una brigada de la entonces Delegación Benito Juárez se apresuró a hacer leña del árbol caído, cuyo enorme tronco fue cercenado en tres secciones para ser retirado del jardín.
La parte más cercana a la raíz quedó recostada y por alguna razón se quedó ahí. Unos meses después, inesperadamente, retoñó. Varios vecinos, encabezados por el actor Pablo Georgé, solicitaron que el árbol fuera dejado en ese lugar. Poco después, había reverdecido y de su tronco mocho volvieron a salir abundantes ramas y hojas. Gorgé, un activista de la defensa del parque, promovió la colocación de una placa, que ahí está sobre un pedestal de cemento, y la colocación de una reja que protegiera al resucitado. Argumentó que El Guapo era un patrimonio no sólo del parque, de la colonia y de Benito Juárez, sino de la Ciudad. Se trata de un ejemplar, decía él, de más de 450 años de edad. La reja tardó más de siete años en completarse, pero finalmente se terminó.
De años atrás los vecinos le llamaban El Guapo precisamente por su abundante y bello follaje, que lo hacía destacar altivo entre la vegetación del parque. Luego de su resurrección, se convirtió en un símbolo de la preservación de la vida y de la lucha en contra de la tala de árboles, tan común en las colonias de la ahora alcaldía Benito Juárez. Cientos de ejemplares arbóreos fueron sacrificados para la introducción del Metrobús sobre Insurgentes, y otros tantos por la construcción de la Línea 12 del Metro a través del eje 7 Sur Municipio Libre-Félix Cuevas-Extremadura. Muchos más fueron asesinadas por los desarrolladores inmobiliarios durante el boom de construcciones que no termina, con la anuencia –si no complicidad— de las autoridades de la demarcación.
Lamentablemente, las sucesivas administraciones panistas de la hoy Alcaldía juarense han carecido de la sensibilidad necesaria para valorar cabalmente la importancia de la preservación de las áreas verdes y en particular de los árboles. Miles de ejemplares han sido arrasados para “limpiar” predios donde hoy se levantan edificios de departamentos. Muchas veces he podido constatar que ese crimen se justifica mediante falsos pretextos, a solicitud de las inmobiliarias.
En este 10 Aniversario del llamado “milagro de San Lorenzo”, cuando El Guapo reverdeció, los residentes de Benito Juárez debiéramos renovar nuestra convicción de defensa de los árboles y oponernos a nuevos atentados contra la Naturaleza, como el perpetrado hace unos meses en el pueblo de Xoco, donde la empresa constructora del conjunto Mitikah mató más de 60 ejemplares. En esa tarea, la vigilancia de nuestro entorno es vital, para denunciar oportunamente cualquier intento de ecocidio, y evitarlo.
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