Libre en el Sur

POR LA LIBRE/ Más mentiras del agua

Ahora sabemos que las advertencias no solo de especialistas universitarios y organismos internacionales sino del propio Sacmex son pura alarma injustificada… según el jefe de Gobierno.

POR FRANCISCO ORTIZ PINCHETTI

Tranquiliza saber gracias del jefe de Gobierno de Ciudad de México que la capital del país no sufre una crisis hídrica ni hay peligro de que ello ocurra en el futuro. Temíamos que la falta de agua en las llaves de la casa fuera evidencia de que el líquido actualmente no alcanza para satisfacer las necesidades de quienes habitamos en este Valle de México.

Batres Guadarrama desmintió que exista una situación de emergencia respecto al suministro de agua potable en la Ciudad de México. Aseguró que se trata de un rumor creado por la oposición, cuando en los medios informativos aparece la consignación de esa escasez manifestada por la gente que la padece, así como expertos de la UNAM.

Tan grave es tratar de minimizar el problema como el disfrazarlo para no pagar electoralmente las consecuencias de la irresponsabilidad y la inacción…

Al afirmar lo anterior, el jefe de Gobierno sustituto contradice también la ansiosa celeridad con la que su gobierno lleva a cabo la perforación de pozos de extracción en la ciudad, desoyendo las advertencias de los expertos sobre la sobreexplotación del manto acuífero y el hundimiento de la Ciudad. Afortunadamente varios de esos proyectos  han sido detenidos por los propios residentes de las zonas en que se pretendía realizar la perforación.

Un caso emblemático de esta situación es el del Centro Urbano Presidente Alemán (CUPA), cuyos habitantes han padecido la falta de agua desde hace meses. A partir de esa carencia, el Gobierno los chantajeó para obtener su aprobación de perforar un pozo de extracción en esa unidad –prometiéndoles falsamente que esa agua sería exclusivamente para suministro de sus cerca de mil departamentos–, para lo cual se suprimió el parque infantil de la propia Unidad, donde actualmente se realiza la obra.

Por otra parte, el gobierno miente al atribuir el desabasto de agua a la sequía que afecta actualmente al país y que ha provocado una disminución de las reservas contenidas por las presas del Sistema Cutzamala. Efectivamente, esa reducción ha obligado a la Conagua a reducir casi a la mitad  el caudal que normalmente aportaba ese sistema a la ciudad es real, pero también el hecho de que ese suministro representa menos de la cuarta parte de los requerimientos de la metrópoli. Es decir, es falso que la escasez se deba sólo a la reducción de ese caudal.

En cambio, es cierto que de toda el agua de que dispone a metrópoli, un 40 por ciento se pierde por las fugas de la deteriorada, vieja, obsoleta red de distribución. Es decir, casi la mitad se va al subsuelo. Y eso es responsabilidad directa no de Dios ni del clima, sino de las autoridades federales y locales que durante décadas han omitido invertir en ese tema vital, de cuya gravedad tienen sobradas evidencias.

Tan grave es tratar de minimizar el problema como el disfrazarlo para no pagar electoralmente las consecuencias de la irresponsabilidad y la inacción de los gobiernos autollamados “de izquierda” que ha tenido la capital desde 1997. Es tiempo de encararlo y empezar a darle una solución eficaz, en lugar de buscar pretextos y acusar a la oposición de inventar la gravedad de la situación cuando la evidencia está en nuestras propias casas.  Válgame.

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