“La próxima semana tendrá lugar en el ”Afredo Harp Helú” la serie inaugural de la temporada 2024… ¡entre los Diablos Rojos y los Tigres! Ahí estaré, sin duda. Como hace 69 años…”
POR FRANCISCO ORTIZ PINCHETTI
Este jueves inicia, como todas las primaveras, la temporada regular de la Liga Mexicana de Béisbol. El regreso del Rey de los Deportes cobra un sentido uy especial para quienes desde niños seguimos las peripecias de los peloteros, es especial por supuesto de nuestro equipo favorito.
Debo confesar que asistí por primera vez a un juego de beisbol hace 69 años, en 1955. Ese año ocurrieron varias cosas importantes: se inauguró el Parque Deportivo del Seguro Social, debutaron los Tigres de México (que antes fueron los Azules de Veracruz) y asistí al primer juego de mi vida, a los 11 años de edad, un juego nocturno por cierto, invitado por cierto por mi hermano mayor, José Agustín.
Fue para mi una experiencia inolvidable, con aquel estadio colmado de aficionados profusamente iluminado y el césped esmeralda del outfiel. Se trataba de un Juego de Estrellas entre los equipos del sur y el Norte de la República Mexicana.
Tuve el honor también –y la tristeza– de asistir al último juego celebrado en el Seguro, como le decíamos a nuestro estadio de la avenida Cuauhtémoc, el 1 de junio del año 2000, preludio de la lamentable desaparición del emblemático estadio para dar paso a la construcción de un centro comercial, el Parque Delta…”
Desde entonces me hice como mi hermano aficionado de los Tigres Capitalinos, equipo que he seguido durante estas casi siete décadas y que hoy tiene como sede la ciudad de Cancún, en Quintana Roo. Imposible enumerar siquiera la cantidad de emociones que durante mis años de infancia, adolescencia, juventud, madurez y vejez me ha recalado este deporte inigualable y complicado.
Tuve el honor también –y la tristeza– de asistir al último juego celebrado en el Seguro, como le decíamos a nuestro estadio de la avenida Cuauhtémoc, el 1 de junio del año 2000, preludio de la lamentable desaparición del emblemático estadio para dar paso a la construcción de un centro comercial, el Parque Delta, llamado así curiosamente en honor del estadio que estuvo ahí desde años atrás de mi primera visita al béisbol.
El cierre y demolición del parque del seguro Social obligó a los dos equipos capitalinos, feroces antagonistas, Diablos Rojos del México y Tigres capitalinos, a mudarse temporalmente al Foro Sol de la Ciudad Deportiva. Sin embargo, los Tigres emigraron luego a la ciudad de Puebla y posteriormente a su actual sede de Quintana Roo.
Los Diablos permanecieron varias temporadas en ese estadio y luego se cambiaron a “Fray Nano”, en la misma Ciudad Deportiva, mientras se construía su propio estadio, el “Alfredo Harp Helú”, un estadio ultramoderno, de grandes ligas, con capacidad para 25 mil espectadores.
El parque del seguro (1955-2000).
Durante las eventuales visitas de los Tigres para enfrentar a sus viejos rivales he tenido oportunidad de asistir al espectacular casa de los Diablos Rojos y disfrutar no solamente de las grandes emociones que siempre brinda el béisbol, sino de un estadio cómodo y de los infaltables tacos de cochinita pibil, una tradición que se ha mantenido desde los tiempos gloriosos del Parque del Seguro Social.
La próxima semana tendrá lugar en el ”Afredo Harp Helú” la serie inaugural de la temporada 2024… ¡entre los Diablos Rojos y los Tigres! Ahí estaré, sin duda. Como hace 69 años. Válgame.
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