No hay prueba de que los microsismos puedan ser destructivos; en cambio, los hundimientos por extracción de agua sí ponen en riesgo la vida.
POR FRANCISCO ORTIZ PARDO
Suele ser que en esta ciudad se tapan los pozos cuando ya el niño se ahogó. Así ocurre con mil cosas pero sobre todo cuando la falta de agua se convierte en un grave problema… para quien busca los votos. Y entonces pasa que se niega el asunto como si lo inventaran los que padecen sed todos los días, aunque se vean pipas de agua por doquier, quejas en los medios informativos y las redes sociales. Y hasta resulta que entonces el tema es un “invento” de la oposición para desacreditar a los candidatos oficialistas. Lo curioso es que el mismo gobierno que niega lo evidente se apresura a construir más pozos de degradación… perdón, de extracción de agua potable.
Durante dos décadas, cuando menos, se viene advirtiendo de la criminal omisión que es no reparar las fugas de la red de agua potable, por donde se desperdicia el 40% del líquido, cuando menos. Y no es como algunos inocentes piensan, que esa agua regresa al acuífero, no: se va por el drenaje a mezclarse con las aguas negras, putrefactas. Un crimen, hay que repetirlo.
Los argumentos de quienes nos opusimos desde entonces a que se sobreexplote más el acuífero –y a quienes tristemente el calentamiento global y la degradación ambiental y urbana de Ciudad de Méxiico nos dan cada vez más la razón– hemos denunciado la política cínica de no invertir en la reparación de las fugas porque eso no se ve. La temporalidad sexenal, el cortoplacismo del gobernante que siempre busca brincar al siguiente escalón, hace que gaste los recursos no en lo más útil, sino en lo que más se ve, lo que más vende electoralmente, pues. Lo han hecho uno tras otro, otra (para utlizar el lenguaje inclusivo en igualdad de responsabilidades) y en eso las gestiones de “izquierda” no fueron nunca diferentes al PRI más negligente.
Hoy lo vemos otra vez, y lo más deleznable es que ocurre en medio de angustias de los habitantes del centro y poniente de la capital mexicana, que temen por su vidas debido a una falla geológica que no es nueva pero que recientemente fue muy publicitada, que cruza desde la Unidad Plateros, en la Alcaldía Álvaro Obregón y las colonias de Mixcoac de Benito Juárez y termina –hasta donde se sabe– en la puerta de entrada a la colonia del Valle, que es donde se encuentra ubicado el Liverpool Insurgentes.
Desde mayo del año pasado, este reportero dio cuenta de que, según los geólogos de la UNAM, las fallas geológicas provocan los microsismos. En el texto se precisó además que suelen ser más constantes después de un evento telúrico fuerte como el del 2017, pues la energía continúa liberándose. Por ética y por responsabilidad, quise dar preferencia en el despacho informativo a los datos que pudieran dar tranquilidad a la gente, que básicamente, por su magnitud, esos microsismos no son destructivos pero sí pueden ser preventivos, al ayudar a que los habitantes de los inmuebles lleven un registro de pequeños daños que pudieran alertar ante un temblor de veras.
Los vecinos, sin embargo, no parecen dimensionar dónde está el real peligro de devastación citadina que es un peligro para la vida: el paulatino, lento pero constante hundimiento de la ciudad provocado por la extracción de agua del subuselo. Los expertos lo han advertido hasta el cansancio: No se deben construir más pozos de extracción y sí invertir en sistemas de captación de agua pluvial, no solo para evitar más daño sino para repararlo por lo menos en parte, a la vez que dotar de una fuente sustentable de agua a los capitalinos. Ignorar esto hará que cada vez sean más vulnerables las edificaciones ante otro terremoto. Tan solo por poner un ejemplo, The New York Times lo advirtió desde el 2017 en un reportaje intitulado Mexico City, Parched and Sinking, Faces a Water Crisis, que aquí mismo compartimos con los lectores, a pesar de quiien pone en duda la credibilidad del medio informativo más prestigiado del mundo. Seis años después, prácticamente por finalizar el gobierno correspondiente a Claudia Sheinbaum, hoy candidata presidencial, el problema se ha agudizado.
Hasta una diputada local de Morena, Esperanza Villalobos Pérez, lo reconoció al presentar una propuesta que va en contra de la depredación que pone en riesgo a la ciudadanía, “medidas de prevención, mitigación y gestión integral de riesgos que reduzcan la vulnerabilidad ante eventos originados por fenómenos naturales y por la actividad humana”, como dice la Constitución de Ciudad de México. La gestión integral de riesgos pasa, obvia y necesariamente, por no extraer más agua del subuselo para evitar hundimientos y grietas.
“En la iniciativa se destaca la necesidad de atender esta problemática en la zona oriente, específicamente en la alcaldía de Iztapalapa, ya que sus características de alta concentración demográfica hacen que sus requerimientos de servicios como el consumo de agua potable repercutan directamente en la dinámica del suelo, generando altos riesgos para la vida de la población que habita la demarcación”, pone el boletín respectivo.
La legisladora contextualizó que se tiene registro de 591 sitios de fracturamiento o hundimiento del subsuelo y que incluso algunos expertos han detectado 12 sitios de la capital con deformación crítica, ubicados en diversas colonias de las alcaldías de Iztapalapa, Iztacalco, Tláhuac, Cuauhtémoc, Benito Juárez y Xochimilco.
Resulta cruelmente paradójico que a unas cuantas cuadras del lugar donde se sabe termina la falla geológica de Mixcoac, en este momento se construye a marchas forzadas un pozo de extracción de agua que sustituirá a otros dos en el Centro Urbano Presidente Alemán, que se secaron por la propia extracción. El siguiente nivel, ya que la Cuarta Transformación habla de “pisos”, es uno donde el agua se extraerá a 300 metros de profundidad, en una zona que ya presentó daños por consecuencia del sismo del 2017, si bien la maravilla construida por Mario Pani, que es el CUPA, ha resistido tres terremotos. No sobra repetir una y otra vez lo alarmante del hecho: Más de un millón de litros de agua del subuselo serán extraídos cada día, en la misma zona de la falla. Hay que decirlo de esta forma porque es la verdad: Va a la cuenta de lo que sin ninguna culpa tendrán que pagar los que hoy son niños.
¿De qué debería estar realmente preocupada la gente?
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