Ciudad de México, septiembre 16, 2024 10:39
Deportes

Toros, lucha y circo, antecedentes deportivos en México

Hubo un día en que el beisbol y el futbol americano fueron los deportes nacionales. Pero la televisión comercial decidió proclamar un solo deporte –el fut– para el negocio.

POR ESTEBAN ORTIZ CASTAÑARES

A propósito de los juegos olímpicos que recién finalizaron, vale la pena hacer una reflexión sobre la evolución del deporte en nuestra ciudad de México y la afición a él.

En un país que hasta principios del siglo 20 fue predominantemente agrícola, los deportes populares que existían estaban fundamentalmente concentrados en este rubro. La charrería y los toros, si se considera un deporte eran las aficiones más comunes de esa época. Poco después de la conquista (1526), en el México colonial (Nueva España) se instauró en la plaza del volador, donde actualmente se encuentra la Suprema Corte de Justicia, la primera plaza de toros.

Medallistas olímpicos mexicanos. Fotos Especial

En ella, además de las faenas de toros convencionales, se presentaban espectáculos ecuestres múltiples, donde los competidores tenían que mostrar sus destrezas en el manejo del caballo y las herramientas utilizadas para la ganadería, como la riata; y por supuesto competencias de salto. Las carreras de velocidad también eran muy populares.

Esta gran cultura ecuestre se mantuvo muy popular hasta mediados del siglo XX, sobre todo en la charrería. De hecho, en las olimpiadas la primera medalla de oro en la historia de México fue obtenida por Humberto Mariles Cortés en salto, con el caballo “Arete” (que además era tuerto), en Londres (1948).

Pero el desarrollo urbano, desligado de la faena agrícola, fue reduciendo los espacios para llevarla a cabo en la gran metrópoli; y este importante deporte de nuestra cultura se ha empezado a perder; además, cada vez tiene menos público, la cultura está cambiando.

Suertes antiguas de tauromaquia. Especial

El atletismo, un deporte muy ligado al control y fuerza humana, y por ende a las organizaciones militares, se desarrolló en México como actividad patriótica a principios del siglo XX. En particular el área de la carrera y caminata se desarrollaron como parte de la cultura deportiva. En una ciudad tan difícil como la nuestra, correr es uno de los deportes que de manera más sencilla se puede realizar. Uno sale a la calle y corre, simplemente. La altura de la ciudad ha permitido también exigir a los atletas un desarrollo pulmonar especial que se hace ver como resultado en las competencias mundiales, donde nuestro país es referente.

El box y la lucha libre han sido también deportes donde México se ha distinguido. El box tiene una tradición de más de 200 años y México es el segundo país con mayor cantidad de campeones mundiales (el primero es Estados Unidos). Inició como deporte en el área militar. En 1868 el coronel norteamericano Thomas Hoyer Monstery creó una escuela para el desarrollo de los deportes con armas blancas (esgrima, bayoneta, florete, cuchillo) y boxeo. Al final del siglo XIX se permitió el boxeo como alternativa para resolver problemas sin recurrir a las armas. En los primeros 20 años del siglo XX a pesar de estar prohibido, adquirió gran popularidad. En 1923 se creó la comisión de Box del DF y a partir de ese momento se volvió uno de los deportes de gran afición.

La lucha libre llegó a nuestro país en el periodo de la intervención francesa (1860) como lucha greco-romana. Enrique Ugartechea modificó su estructura y reglas y creó el concepto de luchas que conocemos. En el último periodo del porfiriato, a principios del siglo XX, distintas organizaciones de espectáculos circenses crearon encuentros que empezaron a cambiar su perfil puramente deportivo por un espectáculo semi teatral. Pero el deporte se profesionalizó gracias a la iniciativa de Salvador Lutterot quién tomando como referencia un luchador norteamericano enmascarado, creó el concepto de la lucha entre el bien y el mal (los “Técnicos” contra los “Rudos”), y en la Arena México creó la catedral de la lucha libre. Como dato interesante, ganó el premio mayor de la lotería y así creó su propia arena, la Arena Coliseo, en 1943.

Foto: Especial

Se crearon personajes alrededor del rin inmortalizados en películas y canciones –como el Santo y Blue Demond– y posteriormente TELEVISA logró que ambos espectáculos (el box y la lucha libre) llegasen a todos los rincones de México y a Latinoamérica. La lucha libre es segundo deporte más popular de México y existe una disciplina –sin la parte teatral— en las olimpiadas. Su influencia cruzó fronteras y actualmente, con las características definidas por México, es un deporte adoptado en Estados Unidos y Japón.

En el área de la natación no se ha desarrollado cabalmente una cultura en Ciudad de México. En el periodo prehispánico, es muy probable que los habitantes de la hoy capital, por estar en el centro de los lagos, hayan tenido muchas actividades deportivas relacionadas con el agua. Pero al desecar los lagos y por la influencia hispánica, con el pasar de los siglos se perdió totalmente. Hasta los años cincuenta, gran parte de la población de la ciudad no sabía nadar, entre ellos tres de mis abuelos.

La primera alberca –o más bien balneario—de que se tiene registro, fue la creada por Sebastián Pane en 1864, que sigue existiendo en la colonia Juárez. Este deporte permaneció en un segmento muy pequeño de la población, hasta que la victoria de Felipe “El Tibio” Muñoz (pecho 200 metros, oro), en los juegos de 1969, y María Teresa Ramírez (libre 800 metros, bronce), crearon un furor que desembocó en la creación de la Asociación de natación del Distrito Federal, en 1972). El gran promotor de esta cultura fue Nelson Vargas que, como empresario, en el mismo año creó un centro de enseñanza de natación: la Acuática  Nelson Vargas, que con varias sucursales todavía existe El incremento de la influencia cultural norteamericana ha traído a la actualidad cientos de nuevos establecimientos que ofrecen este deporte, creando así una cultura acuática en nuestra ciudad, que aún no logra generar grandes campeones mundiales.

Foto: Especial

El beis llegó a ser un deporte de mucha popularidad en la ciudad de México, sobre todo a mediados del siglo XX, traído directamente por los norteamericanos a finales del siglo XIX, a Guaymas por los marinos norteamericanos y a Nuevo Laredo por la construcción del ferrocarril, e indirectamente a Yucatán influenciado por la cercanía con Cuba. Después de la revolución (1925) se creó la Liga de Verano y a partir de esa época tuvo gran popularidad. Los dos  equipos de la ciudad –Diablos Rojos y Tigres– literalmente dividieron la afición capitalina. Mi familia era muy aficionada a los Tigres. La de generación de mis padres y la mía asistió a este deporte, que tristemente decayó a finales de los años ochenta, para dar espacio al actual favorito: el fútbol. Ahora, con el surgimiento del estadio Harp Helú, en la Ciudad Deportiva, se trata de rescatar, aunque su éxito es aún marginal.

El rey de los deportes de nuestro país y en especial de la ciudad es el fútbol. Su éxito se debe, en realidad, a la maquinaria propagandística de Televisa, que logró cambiar el foco histórico de otros deportes como el fútbol americano, que en 1930 estaba arraigado como deporte nacional (el Estadio del Cruz Azul y el de los Pumas fueron inicialmente planeados para este deporte). El fut llegó a nuestro país a través de los ingleses que vinieron por la industria minera, principalmente al hoy estado de Hidalgo. La federación de Fútbol se creó en 1908, durante el Porfiriato, y con ella fue la primera liga mexicana.

El deporte creció en popularidad lentamente hasta que con la aparición de la televisión comercial, en 1950, se empezaron a transmitir los partidos.

El fut tenía el encanto de ser un deporte con mucho menos reglas, menos estratégico que el futbol americano o el beisbol y daba momentos de mucha emoción por ser un deporte sin las interrupciones de las entradas en el beis o las oportunidades, en el americano. Emilio Azcárraga Milmo, dueño de Televisa, vio el potencial del deporte y con una alianza con los dueños del Necaxa y el Atlante, fundó la Organización de Fútbol del Distrito Federal y construyó el Estadio Azteca, en su momento el más grande del mundo. A partir de ese momento creó una estrategia de promoción de este deporte con un éxito sin precedentes.

Todos los deportes que realizamos de manera popular fueron introducidos por el extranjero, sobre todo de la cultura anglosajona. Estados Unidos, independientemente de los distintos problemas que ha generado en el país, ha sido una positiva influencia para el desarrollo de una mística del deporte que ayuda a mantenernos sanos, trabajar en equipo, tener una disciplina y organizarnos. Y también, por qué no decirlo, a emocionarnos con los Juegos Olímpicos.

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