‘Tu retratito lo traigo en la cartera’
En el amor de antaño, las parejas se tomaban fotos en estudios que ofrecían “colorear” la foto blanco y negro y agregar “chapas” en las mejillas, así como incluir el color de ojos real de la persona retratada.
POR ADRIÁN CASASOLA
El amor y la imagen fotográfica han estado íntimamente ligados desde hace más de un siglo. Existió y existe en nuestro país la costumbre de retratarse junto a la persona amada o el “prospecto” de serlo durante algún paseo en donde posiblemente, se selle con un beso la promesa de estar juntos por mucho tiempo.
A principios del siglo XX surgieron estudios fotográficos los cuales representaban un claro ejemplo de la ceremonia que implicaba visitar el lugar, seleccionar un tipo de iluminación según la cantidad de personas que participaran en la toma, la ropa para ser inmortalizados y quedarse quietos por varios segundos, ya que los equipos de aquella época no contaban con la tecnología que hoy nos parece tan normal.
Los estudios que destacaron en aquellos tiempos en la ciudad de México fueron el de los hermanos Valleto, conocido como “Valleto y Compañía”, “Photo Chic”, “Estudio Hugo Brehme”, “Foto Dallmayer”, “Foto Napoleón”, y también las placas tomadas por Agustín Víctor Casasola quien tenía como lema “tengo o hago la fotografía que usted necesite”.
Algunos de estos estudios ofrecían “colorear” la foto blanco y negro y agregar “chapas” en las mejillas, incluir el color de ojos real de la persona retratada, y hasta colocar pestañas en los ojos con la ayuda de delgadas fibras que se pegaban una por una a la fotografía. Después se entregaban en diferentes tamaños hasta contar con la que se guardaba en la cartera y se conservaba por muchísimos años y se iba decolorando y desgastando con el tiempo.
También recordamos cómo toda una tradición a los fotógrafos ambulantes que se colocaban en lugares muy atractivos para el turismo y los enamorados de todas las edades. Se les podía encontrar en los embarcaderos de Xochimilco, en la Alameda Central, afuera del Palacio de Bellas Artes, en el Zócalo y también en puntos claves del bosque de Chapultepec. Enamorados y grupos de amigos que visitaban dichos lugares se detenían a tomarse “la foto del recuerdo”. Los trabajadores de la lente fueron muy innovadores pues tenían todo su sistema de revelado e impresión dentro de una caja y el tripié que sostenía la cámara.
Los enamorados también podían tomarse una fotografía con una escenografía guadalupana a las afueras de la antigua Basílica para así jurar fidelidad y unión ante la Virgen del Tepeyac.
Aquí presentamos tres imágenes simbolizando amor y amistad:
1. Diego Rivera y Frida Kahlo con grupo de amigos en estudio ambulante
Foto: Colección particular Lucila de Casasola c. 1940
2. Serenata charra en Churubusco
Foto: Hugo Brehme c. 1920
3. Soldadera besando a su “Juan”
Foto: Agustín V. Casasola c. 1910
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