Trump contra Trump
A pocos días de que Donald Trump arribara a la presidencia de los Estados Unidos, la línea dura de su mandato ya se hace sentir en el desencanto de muy diversas comunidades sociales y políticas del mundo entero, incluyendo las incipientes dentro de su propio partido.
Lejos de ser una figura institucional, se ha convertido en la personificación misma de la xenofobia, del prejuicio deshumanizado, de la discriminación, y del autoritarismo propio de los líderes que han marcado con sangre y dolor, a la historia mundial reciente, del siglo pasado y el que transcurre, tomando distancia de la histórica tradición estadounidense de connotados estrategas en prospectiva política que solían ser un referente internacional.
Trump, deseando hacer uso de lo que los romanos llamaban “la fuerza del mito y el mito de la fuerza”, ha logrado concitar a un movimiento de índole mundial, en contra de sus políticas anti humanitarias, de género, migratorias, económicas y de muy diversa índole. Por desgracia, también ha logrado que las organizaciones radicalistas antiamericanas, que sólo han esperado la menor provocación para actuar violentamente, se justifiquen.
Aunado a todo esto, el gobierno mexicano ha pretendido esconder lo que a todas luces se ha convertido no sólo en un conflicto diplomático, sino en lo que pareciera representar una crisis de autonomía en nuestra ya de por sí vulnerada República. Dolia Estévez, reportera internacional especialista en agenda bilateral México-EU, refiere que obtuvo información confidencial que pudo corroborar sobre el contenido de la conversación que sostuvieron Trump y EPN el viernes pasado; declaraciones vertidas primero en el portal de noticias proyectopuente.com y luego en entrevista para el programa de Aristegui Noticias.
De acuerdo con Estévez, “fue una conversación muy ofensiva donde Trump humilló a Peña Nieto”, abunda: “Trump le dijo a Peña Nieto que no necesita a México ni a los mexicanos…se quejó del mal papel que está haciendo el Ejército en el combate al narcotráfico, sugirió que si son incapaces de combatirlo “quizá” tenga que enviar tropas para que asuman esta tarea”, señaló la periodista.
No se trata aquí de generar mayor incertidumbre a la que ya vivimos todos en nuestro país. Sin embargo, me parece necesario comunicarlo, estimad@s lectores, a efecto de prepararnos en todos los ámbitos posibles.
En caso de que tales versiones se confirmen en la vía de los hechos, debemos estar preparados sobre las repercusiones que nos pueden traer las acciones de nuestros vecinos del norte.
Debemos estar ciertos, hoy más que nunca, que la cultura del odio debe ser erradicada empezando en nuestras propias casas y comunidad porque despierta la furia de la insatisfacción social al rechazar una forma de vida por el simple hecho de existir. Esto es inaceptable.